27 de mayo de 2015
La disputa entre selecciones con tradición futbolística y el aporte de figuras mundiales como Lionel Messi y Neymar son los principales atractivos del certamen, a iniciarse el 11 de junio.
Con la presencia de los representantes de Sudamérica, a los que se sumaron selecciones invitadas en el último tiempo, la Copa América se erige como un torneo prestigioso y de jerarquía. Fundamentalmente porque ha albergado numerosos hitos e historias futboleras desde su primera edición, en 1916.
El certamen, que comenzará el 11 de junio en Chile, presentará una serie de condimentos especiales. Entre ellos se cuentan la participación de tres de los cinco mejores equipos del último Mundial. Argentina (segundo), Brasil (cuarto) y Colombia (quinto) se revelaron como animadores de la copa, a pesar de haber sufrido dolorosas derrotas, fundamentalmente Brasil. Pero además del protagonismo de algunas selecciones, la competencia continental tendrá como factor de interés la participación de fubolistas que brillan en importantes torneos. Desfilarán por los estadios chilenos los argentinos Lionel Messi, Carlos Tevez y Ángel Di María; los brasileños Neymar y David Luiz; los colombianos James Rodríguez y Radamel Falcao; los uruguayos Edison Cavani, Nicolás Lodeiro y Walter Gargano; los chilenos Alexis Sánchez y Arturo Vidal; y el peruano Paolo Guerrero, entre otras figuras. Nombres clave en sus equipos, que enriquecen el torneo. No obstante, habrá ausencias para lamentar, como la del uruguayo Luis Suárez, suspendido por la FIFA.
La legión de entrenadores argentinos que estará en Chile es otro ítem relevante. Gerardo Martino (Argentina), José Pekerman (Colombia), Jorge Sampaoli (Chile), Ramón Díaz (Paraguay), Ricardo Gareca (Perú) y Gustavo Quinteros (Ecuador) conducen a 6 de las 12 selecciones participantes. Se trata de un hecho histórico teniendo en cuenta que nunca hubo tantos entrenadores de un mismo país al frente de los diferentes seleccionados que participan de la Copa América.
Perspectivas
En lo que respecta al desarrollo de la competencia, Argentina y Brasil asoman como los grandes favoritos. Por historia, por plantel y por la necesidad de reivindicarse tras sus últimas derrotas en Brasil 2014. El equipo de Gerardo Martino, que está en proceso de formación luego de la salida de Alejandro Sabella, apuesta a tener mayor vocación ofensiva y a no depender exclusivamente de Messi, su principal espada. El desafío para el equipo albiceleste deviene exigente, entre otras cosas porque el principal objetivo es volver a obtener el certamen continental tras 22 años (el último fue en Ecuador 1993, cuando la selección dirigida por Alfio Basile venció a México). A favor, cuenta con los futbolistas mejor cotizados de la competencia y recambio en todos los puestos, una ventaja sobre la mayoría de sus adversarios.
Por su parte, Brasil intentará dejar atrás el papelón de la eliminación ante Alemania y afianzar el funcionamiento que pretende su nuevo técnico, Dunga, quien ya dirigió a la selección brasileña. Lejos del estilo ofensivo de otras épocas, el entrenador basa su estrategia en el orden táctico, el sacrificio colectivo y el desequilibrio que pueda aportarle Neymar, la carta ganadora para que Brasil obtenga su novena Copa América.
Chile, organizador del torneo por séptima vez, apuesta a que la localía le dé el plus necesario para levantar por primera vez la Copa. Con el respaldo de sus hinchas (jugará sus partidos a estadio lleno) y la conducción del argentino Jorge Sampaoli, continuador del proceso de transformaciones iniciado por Marcelo Bielsa, la Roja –como apodan al equipo– reúne fundamentos para ser considerado un seleccionado a tener en cuenta. También Colombia, dirigido por José Pekerman, buscará revalidar su desempeño en Brasil 2014, en base al estilo inculcado por el entrenador de tenencia del balón y juego asociado. Habrá que ver cómo llegan al torneo algunas de sus estrellas, quienes no atraviesan su mejor momento futbolístico. Uruguay y Paraguay completan la nómina de selecciones que apuntan alto. Más allá de la citada ausencia de Luis Suárez, el equipo charrúa acredita una serie de fortalezas: la presencia de un goleador como Cavani y la continuidad del ciclo encabezado por Washington Tabárez. Como dato aleatorio, Uruguay es la selección más ganadora del certamen (15 títulos). Paraguay, por su parte, contrató a Ramón Díaz, un entrenador cotizado, e intentará revertir la pálida imagen dejada en las últimas eliminatorias sudamericanas (no clasificó a la Copa del Mundo) tras ser finalista de la Copa América 2011, aunque parece estar un escalón debajo de otras selecciones.
Proyecciones y datos, al cabo, respecto de una competencia que desata fervores en el continente, potenciada en esta oportunidad por la participación de figuras de primer nivel. También un banco de pruebas para sacar conclusiones con miras a las eliminatorias sudamericanas, antesala del otro gran sueño de las selecciones sudamericanas: Rusia 2018.
—Informe: Gastón Bourdieu