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El certamen de 30 equipos exhibirá un nuevo formato y planteles renovados, a la vez que prevé una reñida competencia entre los aspirantes al título. Problemas persistentes del fútbol argentino.

 

Clásico. Independiente y Racing, los clubes de Avellaneda se ilusionan con el título. (Dyn)

Con importantes novedades en varios frentes y diversas cuestiones a atender de cara al futuro, muchas de ellas que exceden lo estrictamente deportivo, arrancó el fúbol en 2016. Entre los cambios para el torneo que comienza el 5 de febrero, sobresale la nueva modalidad de disputa de la competencia, luego de que se implementara en 2015 el controvertido campeonato de 30 equipos. En esta oportunidad, la competencia tendrá la misma cantidad de participantes, aunque volverá a su formato corto –se disputará entre febrero y mayo–, con una particularidad: se desarrollará en dos zonas de 15 equipos. Los ganadores de cada grupo disputarán una final en estadio neutral, pautada para el 29 de mayo, para determinar el campeón, en tanto habrá un solo descenso a la B Nacional. Con esta modificación, el fútbol argentino apunta a adaptarse al calendario de las ligas europeas (que comienzan a mitad de año y terminan en la mitad del año siguiente), si bien la cantidad de equipos difiere de la de esos torneos, al menos hasta que se reduzcan en el futuro. En lo que concierne a las expectativas, los clubes grandes apuntan a consolidar su protagonismo mostrado en el certamen anterior. Boca, último campeón, no solo contará entre sus filas con Carlos Tevez, sino que también consiguió el regreso de Daniel Osvaldo, de breve paso por el Porto de Portugal el semestre pasado. Si se considera que tiene recambio en todas sus líneas, el cuadro xeneize aparece como uno de los grandes candidatos a obtener el título. Distinto es el caso de River, que sufrió importantes bajas con respecto al equipo que obtuvo diversos títulos en los últimos dos años. Pese a ello, la dirigencia confirmó la continuidad de Marcelo Barovero, puntal de la formación millonaria, y se reforzó con dos nombres  que mostraron buenos rendimientos en 2015: Joaquín Arzura (de Tigre) e Ignacio Fernández (de Gimnasia y Esgrima La Plata), a los que podrían sumarse otros apellidos de peso para potenciar al equipo.
Racing, que concretó el regreso de Lisandro López –una variante ofensiva que se suma a Gustavo Bou y el histórico Diego Milito–, y San Lorenzo, cuyos referentes como Néstor Ortigoza, Juan Mercier, Sebastián Torrico y Leandro Romagnoli siguen en el club, apuestan a pelear por el título, de la mano de dos entrenadores que arribaron recientemente al club, con auspiciosos pergaminos: Facundo Sava, que reemplaza a Diego Cocca en la Academia; y Pablo Guede, sucesor de Edgardo Bauza en el conjunto azulgrana. Por su parte, Independiente, revitalizado con la contratación de Mauricio Pellegrino como entrenador a mediados de 2015, sufrió algunas bajas (por caso la de Federico Mancuello, transferido al Flamengo de Brasil), aunque continúan en el plantel Diego Cebolla Rodríguez y Jesús Méndez, dos puntales, y sumó a Emiliano Rigoni, de gran 2015 en Belgrano de Córdoba. Habrá que ver qué sucede con Martín Benítez, otra de las figuras. El objetivo para este torneo: dar un salto de calidad para romper la sequía de 14 años sin títulos locales.

Otros nombres
El cuadro rojo cuenta, en ese sentido, con una leve ventaja, teniendo en cuenta que los otros grandes participarán de la Copa Libertadores, junto con otros dos equipos de buen presente futbolístico: Rosario Central y Huracán. El equipo canalla, precisamente, es uno de los que reúne cualidades para disputar el torneo con chances de éxito, asentado en el estilo ofensivo inculcado por Eduardo Coudet. También otros clubes que no revistan entre los grandes, se reforzaron para mejorar sus últimas actuaciones, con la contratación de jugadores experimentados (varios de ellos con pasado en el club) y, en muchos casos, sosteniendo la base del plantel anterior. Entre los regresos se cuentan José Sand y Agustín Pelletieri en Lanús; Federico Insúa, en Argentinos Juniors; Mariano Pavone y Santiago Silva, en Vélez; César Pereyra, en Belgrano; y Sebastián Domínguez, en Newell’s, por citar algunos. De este modo, y teniendo en cuenta la breve duración del campeonato, sobran indicios para suponer que se tratará de un torneo muy competitivo.

Temas de fondo
Más allá de las expectativas futbolísticas de cada club, el fútbol argentino afronta desafíos trascendentes en 2016. Uno de ellos se vincula con el futuro de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Tras la malograda elección del 3 de diciembre pasado (cuando Luis Segura y Marcelo Tinelli, los candidatos a presidir el organismo para el próximo período, obtuvieron 38 votos cada uno sobre 75 votantes) se determinó –luego de varias discusiones– el 30 de junio como fecha para los nuevos comicios. Mientras tanto, la AFA sigue presidida por Luis Segura pero con un equilibrio de autoridades –en los cargos más determinantes– entre los dos sectores en pugna.
Otro ítem a tener en cuenta es la delicada economía de los clubes. A pesar de los millones que el Fútbol Para Todos aportó por los derechos de transmisión en los últimos siete años, los clubes siguen endeudados –el pasivo de éstos con la AFA se incrementó– y continúan asumiendo compromisos contractuales difíciles de pagar. Ante esta situación, el tesorero de la AFA, Matías Lammens, le presentó al Gobierno Nacional un plan de desendeudamiento de los clubes a diez años. A ello se añade la violencia persistente dentro y fuera de los estadios. Cabe mencionar un dato: en setiembre del año pasado, la AFA anunció el regreso –paulatino– del público visitante a las canchas. No obstante, después de tres partidos con ambas parcialidades, un proyectil arrojado desde una tribuna visitante que impactó en el rostro de un jugador –el delantero de Aldosivi, Pablo Lugüercio–, motivó que la prohibición de visitantes volviera a regir. Según el titular de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (APREVIDE), Juan Manuel Lugones, la intención es que los estadios vuelvan a contar con ambas parcialidades, pero nada hay confirmado al respecto para este 2016.
Pese a la sucesión de problemas estructurales aún sin solución, la pelota sigue rodando y suscita renovado interés entre los clubes. Este nuevo torneo, de corta duración, augura una disputada competencia, en la que también estará en juego el futuro de muchos equipos.

Gastón Bourdieu

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