23 de diciembre de 2015
Con Sebastián Bértoli como figura principal, Patronato de Paraná consiguió el ascenso a Primera y representará a la provincia de Entre Ríos por segunda vez en su historia.
El pasado 9 de diciembre por la mañana, Sebastián Bértoli se puso el traje, la camisa y la corbata para hacer quizás el gesto más importante que alguna vez haya hecho con sus manos. Esta vez sin guantes, con la palma derecha hacia abajo, Bértoli, arquero de Patronato de Paraná, juró como concejal de la ciudad entrerriana por el Frente para la Victoria.
Más allá de su pertenencia política, de quién lo haya votado o no, es posible que Bértoli sea el único integrante de ese órgano legislativo considerado un héroe por propios y extraños. Es que tres días antes de sentarse en su banca de concejal, Bértoli puso las manos para otro asunto: atajar el penal de Juan Gáspari, jugador de Santamarina de Tandil, y elevar al paraíso a Patronato. Darle el ascenso a Primera División.
El arquero concejal tiene 38 años y un currículum que excede el fútbol y la política. Alguna vez tuvo que manejar un taxi y atender un restaurante, una época en la que ni se imaginaba ser un arquero de Primera, representando a un equipo con historia grande, incluso en Primera División. Bértoli tenía apenas un año la única vez que Patronato jugó en la máxima categoría. Fue en el Nacional de 1978. También fue la única vez que un equipo entrerriano jugó en el fútbol grande de la Argentina. Y eso a pesar de que el Club Atlético Patronato de la Juventud Católica, fundado por el presbítero Bartolomé Grella, tiene más de 100 años de vida, y de que Atlético Paraná y Juventud Unidad de Gualeguaychú son otros dos equipos de la provincia que juegan la Primera B Nacional. Un escalón más abajo, en el torneo Federal A, está Gimnasia de Concepción del Uruguay –el rival clásico de Patronato–que alguna vez rozó la posibilidad de llegar a Primera: en la temporada 2001/2002 jugó –y perdió– la Promoción contra Unión de Santa Fe.
Una explicación que entregan en Entre Ríos sobre el crecimiento del fútbol local es el apoyo de la gobernación con dineros públicos, además de que los bingos de la zona también realizan sus aportes. Ahora, después de más de tres décadas y media, un equipo de esa tierra ocupará una plaza en Primera.
Cinco años atrás, Patronato consiguió llegar a la B Nacional y en eso también tuvo que ver Bértoli, arquero del equipo desde 2003. En la segunda categoría, sus manos marcaron un hito, esos episodios que pueden ser anecdóticos para cualquier equipo, pero que los hinchas de los clubes más humildes recuerdan por siempre: el 16 de junio de 2012, Bértoli le atajó un penal a Alejandro Chori Domínguez y permitió que Patronato le ganara 1-0 a River, un gigante en desgracia. Es curioso, pero para llegar a la Primera B Nacional Patronato también tuvo que sacarse de encima a Santamarina. Dos goles de Diego Jara lo hicieron campeón del torneo Argentino A. Ahora –Jara sigue como delantero en el equipo– la cuestión fue más complicada. Había perdido en Tandil por 3-1. En la vuelta ganó 2-0. Eso generó que se llegara a los penales. Todos convirtieron el suyo, incluso Bértoli, en su doble rol de arquero y pateador. Cuando se inició la sexta ronda, Bértoli puso las manos y llevó a Patronato a la Primera.
Si un lugar común del fútbol sostiene que es un deporte que siempre da revancha, los jugadores de Patronato pueden agregar que esa revancha a veces tarda poco en llegar. El año pasado, cuando subir a Primera parecía un juego de kermesse gracias a los diez ascensos que regalaba el nuevo torneo de 30 equipos, Patronato se quedó en la puerta. Crucero del Norte, en un duelo mesopotámico, le ganó 3-0 en Misiones y escaló a la categoría principal. Ahora es Crucero del Norte el que baja. Y Patronato el que sube. De alguna manera, ocupa la representación de la región rodeada por los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay.
Pertenencias
De cara a la nueva temporada, el Patrón –como lo llaman sus hinchas– afrontará no pocos retos. Iván Delfino, el entrenador que armó el equipo del ascenso, anunció que no seguirá, lo que constituye una baja importante. «Estos jugadores me hicieron recibir de director técnico. Deportivamente es lo máximo que me pasó», celebró con emoción Delfino después de ganarle a Santamarina la final del reducido y lograr el pasaje a la Primera. Tampoco sostenerse en la divisional será tarea sencilla, teniendo en cuenta que abundan casos de equipos que sufren la adaptación a una categoría superior. En ese sentido, Patronato podría aprender la lección de Crucero del Norte, que en la última temporada solo pudo ganar tres partidos en todo el año (los restantes: empató 6 y perdió 22). No llegar con la guardia baja debería ser la primera condición para el equipo de Paraná.
Como sea, mientras busca que el 2016 no sea solo una primavera en la historia del club, Patronato tendrá al arquero concejal en el equipo. Bértoli no quiere perderse por nada del mundo, ni siquiera por sus compromisos de legislador, vivir un año en Primera. «Voy a seguir jugando –le dijo al diario deportivo Olé– porque creo que me merezco disfrutar luego de tanto esfuerzo, pero iré combinando mis tiempos». A veces la plenitud, como le ocurrió a Bértoli, llega al borde de la despedida.
—Alejandro Wall