29 de mayo de 2022
El argentino es el mejor del mundo en la modalidad seven y pieza clave en el exitoso presente de los Pumas. La historia del rugbier que disfruta jugar.
Imparable. El jugador de 22 años anota ante Inglaterra, en un partido del torneo que conquistó el seleccionado en Vancouver, Canadá, este año.
AFP
Después de hacer un try, Marcos Moneta solo piensa en descansar. En tener los 30 segundos hasta la salida para tomar aire. Está cansado, no hay momento para pensar en otra cosa. Pero cuando se acuesta, cuando todo termina, quizá recrea la jugada en su mente, reconstruye ese instante exacto que significa apoyar la pelota ovalada. «Es algo que está bárbaro hacer, que es muy placentero, pero adentro de la cancha lo único que quiero es descansar», le dice a Acción. Lo puede hacer seguido porque Moneta, con 22 años, no solo es el tryman de los Pumas 7s. Es, sobre todo, el mejor jugador del mundo en la modalidad, el rugby 7.
El nombre de Moneta quizá haya aparecido por primera vez en los medios cuando consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018, pero se imprimió mucho más cuando el equipo de Santiago Gómez Cora se quedó con el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, disputados en 2021 por el apagón deportivo que impuso la pandemia del coronavirus. Ahí fue la explosión, la de los Pumas 7s y la de su velocista, el «Rayo» Moneta.
Pero para conocer su historia hay que irse más atrás, a cuando empieza todo en la vida deportiva de Marcos. A cuando era un chico y jugaba al fútbol y al rugby, los dos deportes con los que creció en el colegio San Andrés, vinculado con el club. Miércoles y viernes se entrenaba con la ovalada. Martes y jueves lo hacía con la redonda en el country donde vivía con su familia. Hincha de River –con padre fanático del rugby, que incluso había jugado en el club La Salle–, un día Marcos no tuvo más remedio que optar. Cuando llegó a las categorías más grandes, donde todo se superponía, se quedó con el rugby. Siguió su camino con San Andrés. Pero puede disfrutar de River.
Como la vida se conforma también por las casualidades, Marcos jugaba al rugby con el novio de la hija de Agustín Pichot. Así lo vio el excapitán de los Pumas. «Hay un chico que es rapidísimo», le dijo Pichot a Gómez Cora, que buscaba jugadores por todo el país. Era Marcos Moneta. Entró al sistema de la Unión Argentina de Rugby (UAR) y después vino lo demás. Buenos Aires 2018, Tokio 2020, el Circuito Mundial, los tries, y el premio al mejor jugador de rugby 7 que le entregó el irlandés Brian O’Driscoli.
«El rugby para mí es un montón», dice Marcos. «Es gran parte de mi vida. Fue mi hobby, hoy es mi laburo porque lo puedo tomar como un trabajo. Es mi pasión, un gran propósito de mi vida».
Hay que ver a Marcos Moneta correr. Puede llegar a unos 40 kilómetros por hora. Hay que ver a Marcos Moneta volar hacia el ingoal. Vuela. Está la foto en el partido frente a Sudáfrica en Tokio. Una obra que muchos compararon con la de Juan Imhoff en el try contra Irlanda para llegar a las semifinales del Mundial de Inglaterra 2015. La de Moneta fue para el pase a las semifinales de Tokio. Esos 60, casi 70 metros que puede recorrer, en un juego que tiene más espacios que el rugby 15, son todo. Moneta es la diferencia de los Pumas 7s también en el circuito mundial.
Hubo seis títulos en 2021. El Sudamericano de Chile, dos Seven en Madrid, dos en Dubai, y el Quest for Golden Seven en Los Ángeles. Pero a eso hay que sumarle el bronce en Tokio y lo conseguido también en Dubai durante las dos primeras etapas del circuito. Todo fue del equipo, pero el wing Moneta fue la clave. Siempre con el try.
Trabajo de equipo
¿Cuál es el secreto para ser el tryman de los Pumas 7s? Para Moneta, más allá de su talento, está lo colectivo, lo que construyen sus compañeros. «Ayuda que sea rápido, la velocidad, el uso del pie, la confianza, ser picarón –responde Moneta–. Pero creo que lo más importante por lo que soy tryman o hago muchos tries es por el equipo. Hay un laburo muy grande en cada jugada que por ahí no se distingue, solo se ve la definición del que hace el try. Los tries son del equipo, por ahí estoy parado en la punta y solo tengo que apoyar. Luego hay capacidades individuales, la velocidad, el uso del pie, la confianza, ser cararrota y jugártela».
Ese equipo es el que armó Gómez Cora, artífice de ese juego colectivo que a algunos sorprende en cada paso del circuito y que tuvo su pico con el título conseguido en el Seven de Vancouver. Allí se cortó una racha de 13 años sin una coronación así. Gómez Cora fue quizá el jugador argentino más importante de Seven, un tryman, como Moneta. Se retiró en 2010 del circuito con 230 tries. De eso sabe.
Gómez Cora comenzó a construir este equipo luego de asumir como head coach, después del Mundial de Rusia 2013. Al cierre de este artículo, después del Seven de Toulouse, la Argentina 7s era líder de la temporada del Circuito Mundial, al que le faltaba la escala de Londres y la parada final, en agosto, en Los Ángeles. «Orgullo enorme por este equipo –escribió en sus redes Gómez Cora–. La importancia del recorrido. La construcción de una identidad. Felicitaciones jugadores, son buenísimos. Staff gracias. Familia/amigos son muy generosos. Y sí, el rugby argentino a través de sus clubes logra estar primero en el ranking mundial».
«Hoy mis objetivos están enfocados en el Seven. El Mundial de Sudáfrica es otro objetivo. Y por ahí más a largo plazo los Juegos Olímpicos de París en 2024. Falta mucho pero siempre los procesos son de cuatro años, el objetivo final de todo el equipo es ese», dice Marcos. La Copa del Mundo será en Ciudad del Cabo el 9 y 11 de septiembre. Y una vez que finalice el circuito, ahí estará puesta la mente del equipo que conduce Gómez Cora.
Moneta encontró en el Seven un formato para sus explosivas corridas, los espacios necesarios, los que le permiten estar agazapado hasta que la pelota llegue y ahí disparar como un rayo. El rugby de 15, el que jugaba en San Andrés, el que jugó siempre, es otra cosa. El año pasado, incluso, fue convocado por el entonces head coach de los Pumas para el Rugby Championship, pero no llegó a tener minutos. «En el formato Seven me divierto mucho, es muy distinto al formato de 15. Yo toda mi vida jugué al 15 y ya hace unos años que vengo jugando al Seven y me vengo divirtiendo mucho. No podría elegir uno en especial. Pero hoy estoy metido 100% en esta modalidad. Los espacios que hay son muy grandes, es muy divertido, muy dinámico. Es un deporte para atletas. Por eso hay gente que no conoce el rugby, pero le divierte ver el Seven porque hay menos reglas, hay más juego, es menos difícil de entender».
Divertirse es el otro objetivo de Marcos Moneta. Quizá el central, lo que él llama también un trofeo. Tiene 22 años, mientras juega rugby y se desarrolla en el alto rendimiento deportivo, estudia la carrera de administración de empresas. «Disfrutar el día a día –dice Marcos–, disfrutar de lo que hago, que es jugar. Y divertirme adentro de la cancha, que es lo que hace que todo sea más lindo». Como cuando vuela al try, aunque termine cansado, con el único objetivo de recuperar fuerzas, sabe que eso también es parte del disfrute.