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Papa superstar

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Documental. Una escena de Francisco de Buenos Aires, de Miguel Rodríguez Arias.

Desde que Jorge Bergoglio se coronó como el primer papa latinoamericano, a comienzos de 2013, no ha dejado de concentrar la atención mundial. Apenas unos meses después de su nombramiento como Francisco I, la revista Time lo consideró una de las personas más influyentes del planeta y, posteriormente, lo nombró personaje del año. Al poco tiempo, la rockera publicación Rolling Stone también le dedicó una portada. Por lo visto, Bergoglio, jesuita, amante de la austeridad y del fútbol, le aportó aires frescos a la Santa Sede.
Gestos como el abrazo con el rabino Abraham Skorka y el referente islámico Omar Abboud, en el Muro de los Lamentos, le proporcionaron una rotunda aprobación y una fuerte presencia mediática. Al Papa lo visitan desde mandatarios hasta futbolistas, pasando por artistas como Angelina Jolie y Patti Smith. La cantautora fue una de las primeras en estrechar su mano, luego de confesar que había rezado para que lo llamaran Francisco, porque «un papa con ese nombre podía indicar que venía para servir a los pobres y acercarnos más a la naturaleza, como San Francisco de Asís».
Francisco se ha convertido en una verdadera «celebrity». En la Argentina, desde que San Lorenzo publicó en su cuenta oficial de Twitter una foto del carnet del Papa como socio número 8.235, la institución sumó nuevos asociados. Y hasta se llegó a hablar de un «efecto Francisco» para explicar la buena racha que convirtió al cuadro en campeón del Torneo de Apertura 2013 y, un año más tarde, de la Copa Libertadores.
Su figura sirve de inspiración para el merchandising, el turismo y el arte callejero: fue retratado como Superman con sotana, en un muro de Roma. También ha motivado proyectos como el CD Hamebus Papam, con que el sello Deutsche Grammophone registró la música del Cónclave 2013. A nivel local, Palito Ortega le dedicó la canción «La luz de Francisco» y el cura César Scicchitano, líder de la banda Padre César y los pecadores, le escribió «Un papa latinoamericano». Al sacerdote, quien conoce a Bergoglio desde hace 20 años,  le gusta compararlo con el rock. «Como género, el rock siempre ha sido muy honesto y con una fuerza que tienen personas como el Papa, Jesucristo y la madre Teresa, gente que decidió caminar por el barro no para ensuciarse, sino para empaparse de la realidad de los demás», sostiene.
Este año, Rodrigo de la Serna encarnará al Papa en la película Call me Francisco, del italiano Daniele Luchetti, basada en el libro Francisco, el Papa de la gente, de Evangelina Himitian. Darío Grandinetti también lo
interpretará en Francisco: el padre Jorge, coproducción argentino-española que muestra los años del Papa como arzobispo de Buenos Aires, de acuerdo con el libro Francisco: vida y revolución, de Elisabetta Piqué. La lista de títulos dedicada a su figura no para de crecer: El Vaticano según Francisco, del periodista italiano Massimo Franco, es uno de los más recientes. Y a comienzos de marzo se estrenó en los cines locales Francisco de Buenos Aires, el documental de Miguel Rodríguez Arias. Son apenas algunas muestras del «fenómeno Francisco».

Francia Fernández

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