11 de noviembre de 2015
La música popular, en particular la del continente americano, es el resultado de las migraciones forzadas de los pueblos. Pensemos en los diferentes folclores, el tango o el jazz. Sonidos y territorios. Dominación y desobediencia. Pero si la búsqueda se remonta todavía más en el tiempo, la cosa se complejiza. Ese es el viaje que invita a transitar la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas Tecnologías de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), que rastrea en el legado de los pueblos originarios.
La formación se presentó en setiembre pasado en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner (CCK), junto con la Sinfónica Juvenil Nacional José de San Martín. Y la experiencia se repetirá el 27 de noviembre. El primer encuentro fue una suma de intensidades. A la impactante sala y su impecable acústica, se suma el trabajo de mixtura que, en el marco del ciclo Los ensambles en el CCK, propone la orquesta dirigida por Alejandro Iglesias Rossi.
«No tratamos de recuperar los sonidos originales, que suenen igual, algo que es fácticamente imposible. Tratamos de rescatar los instrumentos y su espíritu, para composiciones de música contemporánea», define el músico. En la experiencia conviven, por un lado, el bajage clásico sinfónico conocido por la mayoría y, por el otro, la batería de instrumentos autóctonos que, según Iglesias Rossi, tienen la misma «dignidad ontológica» que los provenientes de la tradición europea.
«Podemos hacer obras para wacrapucu, mohoceño, erkencho, chapareque», enumera el especialista. Los integrantes de la Orquesta son creadores y ejecutantes de sus propias obras, constructores de muchos de los instrumentos que interpretan y de las máscaras que utilizan en los espectáculos, que recrean luchas contra los colonizadores o rituales de los pueblos originarios. «Construimos cada uno los instrumentos, son únicos. Esa es una característica de los instrumentos autóctonos, lo vemos en todas las culturas que tienen como superestructura la espiritualidad», reflexiona Iglesias Rossi.
En la propuesta no hay solo rescate musicológico, sino también una mirada artística. Presentes en la inauguración del monumento a Juana Azurduy detrás de la Casa Rosada y ahora programados en el CCK, Iglesias Rossi considera: «Nuestra postura política es la de no dejarnos colonizar. Es una búsqueda espiritual que tiene que plasmarse de forma política y cultural, para encontrarnos en los orígenes de nuestra tierra, entendiendo nuestra música y nuestra identidad».
—Mariano Ugarte