19 de agosto de 2023
Ciudadano Ilustre porteño, el cantante que se había dado a conocer con El Club del Clan llegó a tocar el cielo de la música popular con sus propias canciones.
Clásicos. Sus temas fueron versionados por Los Panchos, Maria Creuza, Luis Miguel, Andrés Calamaro, Luis Salinas y Vicentico, entre otros.
Foto: Federico Kaplun
Una vez el escritor Juan Sasturain lo definió de esta manera: «Chico Novarro es el bolero destilado». Y a él el elogio le parecía exagerado, o que por lo menos no lo abarcaba en su totalidad. En su larga historia como compositor de unas 700 canciones, el músico, pianista y cantante nacido en Santa Fe el 4 de setiembre de1934, integrante de El Club del Clan, la primera fábrica de ídolos pop en la Argentina, baterista de jazz, cultor de la música tropical colombiana y autor de tangos y boleros, se definió antes que nada como un creador de canciones.
«Nunca me sentí un poeta, es una palabra muy grande. Apenas soy un buen letrista. Hago baladas, pero con letras con mucha sustancia», dijo Chico Novarro en una entrevista de 2004.
En esa bitácora nómade que fue su vida, el hijo del zapatero Alberto Mitnik y la judía rumana Rosa Lermanin, llamado al momento de nacer Bernardo Mitnik, se convirtió primero en Miki Lerman para finalmente adoptar el nombre de Chico Novarro, con el que sería popularmente conocido en toda América Latina.
En toda su trayectoria musical construyó un particular estilo compositivo atraído por los brillos de la televisión, el imaginario romántico caribeño, el cool jazz y la melancolía porteña. «Una vez me encontré con Tito Puente y me dijo: “Chico, pensé que eras un cubano de 91 años y vivías en La Habana. Para mí, tú no eres argentino”», contó en una entrevista.
Sin rótulos
Su trayectoria creativa puede ser desconcertante. En el libro Tango judío, el periodista Julio Nudler lo describió así: «Para cada categoría de público, hay un Chico Novarro diferente. Para las mujeres es el de “Arráncame la vida”. Para los hombres maduros, el de “Cordón” o “El último round”. Los camioneros lo identifican con “El orangután» o “El camaleón”. A los jóvenes rockeros les llegó con “Carta de un león a otro”».
La educación sentimental estuvo ligada a su infancia santafesina, cuando junto a su familia escuchaban las orquestas en los bailables, donde se le pegaron los primeros tangos. «Un día mi hermano mayor se apareció con el jazz y una batería. A partir de ahí, en mi vida convivió el tango y el jazz. Mis primeros pasos, a los 14 años, fueron como cantor de típica y baterista de jazz en la característica. Bajaba y cobraba doble».
Cuando se vino a Buenos Aires en los 60, compartió la época efervescente del jazz porteño. «Éramos una barra grande de músicos con el Gato Barbieri y Lalo Schifrin», recordaba. Ahí se olvidó del tango por un tiempo hasta que nacieron una seguidilla de obras que marcaron su tiempo: «Un sábado más», «Cantata Buenos Aires», «Cordón» y «El último round». Después boleros imbatibles como «Algo contigo», «Como», «Cuenta conmigo». Temas que fueron versionados por artistas como Los Panchos, Olga Guillot, María Creuza, Luis Miguel, Andrés Calamaro, Luis Salinas y Vicentico.
Declarado Ciudadano Ilustre por la legislatura porteña en 2014, Chico Novarro fue un compositor intuitivo, dúctil, con la antena orientada al gusto popular. Fue un artista anfibio, con obras de culto y éxitos que marcaron una época. Podía ir vestido a la moda y, a la vez, crear obras capaces de volverse clásicos de la música popular en América Latina.
El bolero, un género que fue clave en su vida, lo aprendió durante un año entero de residencia en Colombia. En ese país absorbió de primera mano los yeites compositivos de los ritmos caribeños y los códigos de las baladas, construidas sobre bases armónicas más jazzeras que incorporó más tarde a su estilo. El primer bolero que compuso se llamó «Dios en tus ojos», un preferido de los músicos de jazz porque tiene muchos acordes.
«Tengo una manera de decir que es como un bolerista que no deja de ser tanguero y un tanguero que es melódico. Una vez me dijeron que lo mío era un tango caribeño. Yo no sé eso de los rótulos, pero te puedo decir que una canción mía como “Nuestro balance”, que nació como un tango, fue cantada por los grandes boleristas como Tito Rodríguez», decía. En la década del 90 Luis Miguel grabó «Como», uno de sus grandes boleros y su espectáculo Arráncame la vida, junto a Andrea Tenuta primero y después con Silvana Di Lorenzo, fue un fenómeno teatral.
Nunca le interesó definirse musicalmente, aunque su camino se dividió en diferentes etapas. «Creo que mi dispersión me viene de cuando era chico. Yo iba saltando de una cosa a la otra y tuve diferentes épocas. En los 60 laburé en El Club del Clan. En los 70, fue el bolero; y en los 80 y 90, el tango y el café concert. Además, mis temas fueron grabados por un montón de gente de diferentes estilos. Yo diría que por eso uno perdura».
El músico que tocó el piano y deslumbró a Vinicius de Moraes. El muchachito que escribió «Despeinada» con Palito Ortega. El que fue padre de cuatro hijos, Pablo, Julieta, Marcela y Carolina. El que fue confidente de Tom Jobim. El autor que fue interpretado por grandes como Michel Legrand. El que podía actuar en una película de Sergio Renán o formar parte de un elenco junto a Alberto Olmedo y Jorge Porcel. El de la sonrisa encantadora. El hombre de la noche. Chico Novarro atravesó el siglo XX siendo testigo y protagonista de momentos fundamentales de la cultura popular argentina. Murió a los 88 años, pero, sin duda, sus canciones, muchas de ellas memorables, rozarán la eternidad.