Cultura | LA REVISTA PORTEÑA

Burlas y límites

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Algunos modelos antes exitosos como la revista porteña han perdido impulso o se han convertido en music halls o shows de variedades, como son los casos de Argentina–La revista, en Mar del Plata, o Fátima es mundial, en Villa Carlos Paz. Actor, director, investigador y coordinador del Área Varieté del Centro Cultural de la Cooperación, Christian Forteza reflexiona sobre el género: «Uno de los pilares de la revista era la burla directa hacia la mujer, hacia los gays, los petisos, etc. La risa jerarquiza, por lo tanto, se los ponía en un lugar inferior. Si bien hoy eso cambió, siento que solo en parte, porque muchos humoristas se sienten perdidos sin esos tópicos. No obstante, los monólogos de humor político ocupaban un lugar destacable. Y en general, eran muy buenos», concluye.
Para Gabriel Wolf, integrante de Costa Presidenta, es posible reírse de cualquier tema, pero atendiendo la forma. «En ese sentido, tenemos una obra emblemática, Continente viril, de Alejandro Acobino. Trataba el tema de la época del Proceso, las Malvinas y los desaparecidos. Incluso había una escena en la que Daniel Casablanca interpretaba a un militar que les aplicaba la picana a unos huevos de pingüino. La gente estallaba de risa. Incluso, hicimos la obra para Teatro por la identidad con un par de abuelas de Plaza de Mayo sentadas en la platea y estuvo genial».

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