18 de diciembre de 2021
Woody Allen
Gershon y Shawn, matrimonio desgastado.
Con su prestigio abollado en parte por razones extracinematográficas y un retraso debido a la pandemia, Woody Allen llegó un poco en desventaja con su última película, que transcurre durante el festival de cine de San Sebastián y lo devuelve a esa especie de gira europea que se parece a un exilio artístico. El recurrente Wallace Shawn interpreta al frustrado intelectual Mort Rifkin, quien acompaña a su esposa Sue (Gina Gershon) a la competencia. Ella es representante de Philippe (Louis Garrel), un ascendente director francés. Enseguida se advierte el histeriqueo entre Philippe y Sue, a la vez que Mort conoce a la doctora local Jo (Elena Anaya). Los temas conocidos de Allen se repiten: la vida matrimonial desgastada, los hombres enamorados de mujeres más jóvenes, las disquisiciones existencialistas, la tensión entre la búsqueda artística y la pura pose. También su celebración de cineastas como Welles, Godard, Fellini, Buñuel, Bergman. Con una saludable conciencia de su levedad, el relato se eleva por encima de tantas pavadas con ínfulas –como las del Philippe de este film– que ofrece permanentemente el cine.
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