7 de mayo de 2022
Rosalía
Sony Music
Tras la edición de El mal querer en 2018, Rosalía tuvo una irrupción tan rápida y fuerte en la vida moderna como las criptomonedas. Esa obra maestra del flamenco y el trap, más los sucesivos singles que lanzó orientados hacia la música urbana y sus colaboraciones con Billie Eilish o Travis Scott, consiguió atraer la atención del mundo con palmas, programaciones electrónicas y un lenguaje estético que refleja su tiempo. Y su sucesor está a la altura de las expectativas. Motomami es un collage sonoro de reggaetón, dembow, champeta, hip hop, bachata, dubstep. Expande mucho más su universo y puede resultar hasta abrumador en un principio, pero la sensación final es más que estimulante. La artista alcanza una obra de una fuerza poderosa y experimental, donde los géneros son guiados por su voz magnética de soprano, que juega con la musicalidad de las palabras y su significado. Estas dieciséis canciones –donde habla de la familia, la fama, el sexo, el poder femenino– son un tributo a sus influencias, como «Saoko», que abre el disco y es una cita del reggaetón de Wisin y Daddy Yankee. También recupera el sonido de la salsa del sello Fania en «Delirio de grandeza» o revisita el flamenco en «Bulerías», donde reivindica a la Niña Pastori y MIA. Rosalía absorbe la información de la cultura contemporánea y la desparrama con la irreverencia de una aprendiz y la sabiduría de una maestra.