4 de junio de 2022
Ursula K. Le Guin
Minotauro
464 páginas
«Una utopía ambigua»: en algunas ediciones, este fue el subtítulo que Úrsula K. Le Guin agregó a Los desposeídos, su novela de 1974. Protagonizada por Shevek, un físico e investigador, la historia forma parte del «Ciclo de Hainish», serie de ciencia ficción que narra viajes interplanetarios e introduce la idea del Ekumen, una especie de federación galáctica, y aborda los choques entre distintas civilizaciones. Shevek llegará a Urras desde Anarres, una colonia con comunicaciones intermitentes con su planeta madre, donde rige el «propietariado». Como en la extraordinaria La mano izquierda de la oscuridad, en Los desposeídos Le Guin –quien, como hija de un antropólogo y una escritora, después esposa de un historiador, siempre vivió rodeada de una variadísima biblioteca– se aventura en preguntas filosóficas. No es casual que ambos títulos hayan estado entre sus más reconocidos: con Los desposeídos, Le Guin obtuvo los premios Nebula, Hugo y Locus. Nacida en 1929 y fallecida en 2018, en sus obras aprovecha las tramas y los personajes alrededor de asuntos capitales como el feminismo, la ecología, el taoísmo, la sexualidad y, en especial en este libro, el anarquismo y el comunismo, las promesas de las ideologías, la conservación de los recursos naturales. Es asombrosa la actualidad que conservan el brío y la majestuosa imaginación de esta autora, cuyos clásicos por Editorial Minotauro –tan difíciles de rastrear hasta hace poco– se están reeditando por estos días. Como si fuese uno de sus propios personajes, de Le Guin se podría predicar: «Ella siempre había sabido que todas las vidas son la misma vida, y disfrutaba sintiéndose emparentada con los peces en el acuario».