23 de marzo de 2023
Un foro internacional congregó en Buenos Aires a personalidades de todo el mundo para debatir las nuevas luchas ante el avance de la derecha en el contexto internacional.
El lugar del horror. En el marco del foro se llevaron a cabo actividades en el predio de la ex-Esma.
Foto: Télam
Si había un lugar donde realizar el III Foro Mundial de Derechos Humanos sin duda ese debía ser Argentina, en ocasión de celebrarse el 40 aniversario de la recuperación de la democracia y en vísperas de la fecha que conmemora el último golpe cívico-militar. Y efectivamente, entre el lunes 20 y el viernes 24 de marzo, se realizaron un millar de actividades en las que se presentaron más de 5.000 trabajos y propuestas de 98 países en un encuentro organizado por el Centro Internacional para la Promoción de los
Derechos Humanos-UNESCO (CIPDH UNESCO) del que participaron exmandatarios, dirigentes políticos y sindicales y magistrados comprometidos con los valores democráticos de los países iberoamericanos.
Hubo algunos gestos que por su simbolismo reflejan el espíritu con que se llevó a cabo el evento. Por lo pronto, las distintas actividades se desarrollaron en el edificio de la ex-Esma, escenario de los horrores que vivieron miles de víctimas de la represión estatal. Otras sedes fueron la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FADU) y el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Precisamente en el Salón Ballena, en el CCK, fue donde la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, flanqueada por el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el ecuatoriano Rafael Correa, entre otros y otras, desmenuzó las razones detrás de las persecuciones judiciales que se extendieron en la región, curiosamente desde el primer Foro de Derechos Humanos realizado en Brasilia en 2013, y que entre sus perjudicados cuentan al presidente Lula da Silva, a ella misma y a Correa. Fernández destacó que el llamado «lawfare» consiste en «la criminalización de la política, pero no de toda, sino de la que tiene que ver con la redistribución del ingreso y la movilidad social ascendente».
Y allí puntualizó que con la dictadura genocida iniciada en 1976 «se interrumpió un modelo de acumulación que había nacido con el peronismo (…) cuando el hijo de un trabajador accedía a la universidad o a la presidencia. Somos hijos de ese modelo. Había otros golpes que habían derrocado al peronismo, pero fue el del 76 el que cambió esa matriz».
Luego de comparar a los golpes militares de antaño con la institucionalización del lawfare en la actualidad, la vicepresidenta analizó de qué modo entonces se instauró en la Argentina el bimonetarismo y cómo las deudas con el FMI condicionan a la democracia. También, la manera en que la reforma financiera de José Martínez de Hoz ahora sirve de instrumento para el lavado de dinero del narcotráfico. Pero siempre haciendo hincapié en que los modelos progresistas son el objetivo real. «No nos persiguen porque somos populistas, nos persiguen porque igualamos sociedades, por la justicia social, el derecho de los trabajadores a participar en el producto bruto de lo que producen».
Del otro lado
Entre los dirigentes invitados estuvieron, además, los exmandatarios Evo Morales y Ernesto Samper, el jurista español Baltasar Garzón y una delegación del partido Podemos, integrante de la coalición de Gobierno de España.
Samper, el último secretario general de la Unasur, celebró el lunes, durante la inauguración del encuentro, que Alberto Fernández anunciara la vuelta del país a esa organización regional. Es significativo que el viernes pasado, en la previa al III Foro, se inaugurara en Santiago de Chile el Grupo Libertad y Democracia, que integran exmandatarios de derecha iberoamericanos como contrapartida al Grupo Puebla y al Foro de San Pablo. Por Argentina forma parte Mauricio Macri y por Chile, Sebastián Piñera. Con Macri en la Casa Rosada y Piñera en el Palacio de la Moneda se produjo el vaciamiento de Unasur y la creación del Grupo de Lima, destinado a bloquear al Gobierno de Venezuela. Por España participan de ese flamante «contraforo» José María Aznar y Mariano Rajoy, exjefes de estado por el Partido Popular.
El caso del exzjuez Garzón tiene también un condimento simbólico importante en este encuentro en Buenos Aires. Saltó a la fama internacional cuando dictó en 1998 la orden de detención contra el exdictador Augusto Pinochet en Londres por violaciones a los derechos humanos, inaugurando el principio de jurisdicción universal para delitos de lesa humanidad.
Garzón fue un paradigma tanto en el mundo como dentro de su país por sus investigaciones sobre los crímenes cometidos por la junta militar argentina y procesó en 1999 al aviador naval Adolfo Scilingo junto a otros 97 militares argentinos. Pero pronto pasó a villano en su tierra, cuando se declaró competente para abrir procesos por crímenes del franquismo. Fue destituido en 2010 tras denuncias de grupos de abogados derechistas en su contra. Desde entonces defiende como abogado a dirigentes que sufren el acoso judicial en todo el mundo.
No todo es blanco y negro. La Sra Fernández de Kirchner debería ocuparse de probar su inocencia con métodos jurídicos. ¿ No fue que hizo su fortuna por ser una abogada exitosa?
Yo me siento rehén de sus problemas juridicos