9 de marzo de 2016
Me gusta leer las noticias internacionales de los diarios y estos últimos meses vengo siguiendo la campaña por las primarias en Ee.uu. No puedo evitar quedar pasmado por las barbaridades que dice el multimillonario Donald Trump y, lo peor, lo bien que son recibidas por muchos norteamericanos. Tanto puede decir que los mexicanos son todos ladrones y narcotraficantes o que iba a deportar a todos los inmigrantes luego de dejarlos fuera de Ee.uu., tras un «hermoso» muro o que había que prohibirles la entrada a su país a absolutamente todos los musulmanes. Realmente, que pueda ganar la presidencia de Ee.uu., la primera potencia mundial, un personaje tan nefasto como este es muy preocupante. No es que Hillary Clinton sea santa de mi devoción, pero bueno, Donald Trump es demasiado. Y sin embargo, está teniendo mucha aceptación entre los estadounidenses y se perfila como el gran candidato republicano para las próximas elecciones del mes de noviembre. Tengo muchos amigos en ese país y muchos están preocupados porque Donald Trump llegue a la presidencia y comience una expulsión masiva de inmigrantes, así como acá las personas temen a la ola masiva de despidos desde que asumió el nuevo presidente. Obama al menos quiso hacer una reforma inmigratoria y no pudo. Si ganara Trump sería terrible para millones de latinoamericanos que viven allí. Lamentable hay que reconocer que hay un avance de la derecha en toda América. Solo quedan unos pocos países con presidentes que abogan por una mayor justicia social en sus países y no se someten a las órdenes de Washington y el poder financiero internacional. Correa, Maduro y Morales son de los pocos que todavía resisten. Aquí en la Argentina deberemos esperar por lo menos cuatro años para recuperar el país con más inclusión y soberano que habíamos logrado.
Federico Ríos
Ciudad de Buenos Aires
