26 de octubre de 2022
Especializada en comunicación para la economía social y reconocida por su programa radial Mundo Hormiga, la entidad amplía también su proyecto editorial.
Espacio común. Barrientos y Uranga, convergencia con la Red de Alimentos.
Foto: Horacio Paone
El colectivo indaga en cuestiones sociales, políticas, de comunicación y derechos humanos, con el objetivo de generar alternativas para y por la construcción cooperativa. Huvaití significa «encuentro, ir al encuentro». Una palabra que resume la experiencia cooperativa pero también la comunicación, y define en todos los sentidos al colectivo que se organizó en 2014 con el propósito de generar vínculos y gestar herramientas vinculadas con el cooperativismo y la economía social y popular.
«Muchos y muchas venimos de ese mundo, tanto por las trayectorias individuales como por las colectivas», cuenta Manuel Barrientos, miembro del equipo de trabajo que está conformado por docentes e investigadores universitarios, profesionales y especialistas en comunicación para la economía social, solidaria y cooperativa. Y luego profundiza: «Surge de la amistad y del trabajo conjunto en el que nos fuimos cruzando muchos, unidos por puntos de encuentro, como el Ministerio de Desarrollo Social durante la presidencia de Néstor Kirchner, la radio comunitaria La Tribu y los organismos de derechos humanos».
«Para nosotros Huvaití también es una manera de articular nuestras propias prácticas y experiencias en comunicación con todo lo que es la economía social, la agricultura familiar y, desde otro lugar, poner nuestros saberes y capacidades comunicacionales al servicio de esos proyectos», advierte Washington Uranga, presidente de la cooperativa.
Uranga parte de un diagnóstico: uno de los temas que no está suficientemente trabajado en el mundo de la economía social es la comunicación y desde Huvaití se proponen hacer un aporte para abrir el diálogo y sumar en un espacio político, cultural y económico concreto.
«En esta experiencia una de las tareas más difícil es darle visibilidad al mundo cooperativo que está fuera de las agendas», reconoce. «Nos parece fundamental lograr espacios de encuentro entre cooperativas de distintos tipos para lograr esa comunicación», coincide Barrientos y analiza que «el movimiento cooperativo no tiene la visibilidad ni la incidencia que debería tener porque está disperso, le falta mayor trabajo conjunto, de nivel de cruce y vinculaciones».
En red
Las «trayectorias vitales» de cada uno de sus miembros derivó en un sueño utópico que se concretó en diciembre de 2021: un espacio de convergencia entre Huvaití y la Red de Alimentos Cooperativos –que reúne a múltiples cooperativas y potencia la confluencia con más representantes de la economía social y solidaria–. Así, sobre la calle Moreno, a una cuadra de la avenida 9 de Julio, el local de venta de productos es una muestra de la fuerza del movimiento cooperativo y la agricultura familiar, que se multiplica y logra mostrar y comunicar el profundo trabajo de las economías regionales y de culturas locales.«Este trabajo se construye desde una perspectiva solidaria porque no es una sociedad que se hace bajo la base de capitales, sino sobre la base de solidaridad y saberes y esfuerzos puestos en común», sostiene Washington Uranga y resalta que «hay mucha vocación para que esto pueda hacerse realidad».
Para Barrientos también es una forma de revalorizar la identidad: «Los productos que venden tienen mucho que ver con el rescate de lo identitario contra lo que hace el capitalismo con la cultura de lo efímero; es la posibilidad de rescatar las semillas y los modos de producción ancestrales».
Con la mirada puesta en un horizonte a mediano y largo plazo, desde Huvaití están convencidos de que hay que ser creativos e innovadores. «Venimos de hacer comunicación y periodismo, pero también de la investigación en comunicación. Queremos poner a dialogar la práctica con el mundo académico y viceversa. Qué podemos contar y decir desde nuestra propia práctica y cómo problematizar el mundo del saber desde este lugar», dice Uranga.
Para Barrientos la clave está en «poner en común», seguir generando espacios de encuentro como los festivales «Más comunidad» –que ya tiene tres ediciones–, donde se abre el diálogo y entran en contacto los conocimientos y el amor por la tierra y el trabajo del otro.
Entre otros logros de la cooperativa, Mundo hormiga es el programa de radio que se genera en FM La Tribu y está presente en 45 radios comunitarias de todo el país. Además, el propio proyecto editorial ya tiene dos libros en la calle: Por un futuro común. Diálogos sobre economía cooperativa, popular, social y solidaria y Por una construcción colectiva. Comunicación para la organización y la economía comunitaria, que se vienen presentando en distintos espacios, como las Universidades de Quilmes y Tres de Febrero, con la participación de representantes del Centro Cultural de la Cooperación y del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, entre ellos, el jefe de redacción de Acción, Jorge Vilas. Y muy pronto estará listo Reivindicar el cambio: comunicación popular, comunitaria y ciudadana en América Latina.
«Pensamos la comunicación en función de las organizaciones, en torno a lo social y con alegría, por eso la música, la radio abierta. El encuentro es una manera de (re)vivir la fiesta y esto es parte de nuestra identidad», sintetiza Uranga y concluye: «Sin música, sin alegría, sin fiesta, no hay solidaridad».