7 de septiembre de 2022
El futbolista argentino buscará conquistar la copa en lo que puede ser su último mundial. De Mbappé a Ronaldo, la competencia en el examen más difícil.
Líder. El talento del 10 albiceleste en el encuentro ante Italia, en el estadio de Wembley, el 1 de junio. Una de sus últimas presentaciones con el seleccionado.
Foto: Kirk/AFP/Dachary
No es una certeza pero sí una posibilidad: a los 35 años, Qatar 2022 puede ser el último mundial de Lionel Messi. Nadie sabe qué será de la vida deportiva del crack rosarino después de diciembre, pero su historia con la selección argentina juega quizá la última ficha. ¿Podría haber mundial para Messi a los 39 años? Por qué no. Pero queda demasiado lejos y son muchas las variables que tienen que producirse para imaginar ese futuro. Lo que viene ahora es la quinta versión mundialista de Messi, la que se vive como definitiva acaso también por el contexto, el giro de felicidad que la obtención de la Copa América le dio a su relación con la selección argentina.
En el mismo escenario, el estadio Maracaná, Messi había vivido tal vez su peor frustración con la Argentina, la derrota en la final del Mundial 2014 frente a Alemania. Brasil parecía el lugar ideal para la epopeya. El gol de Mario Götze lo impidió. La copa se la llevaron los alemanes, pero la FIFA decidió entregarle el Balón de Oro del mundial a Messi, premiarlo como el mejor jugador del torneo. En su momento, el asunto fue bastante discutido. Messi había sido elegido el jugador más valioso del partido en los tres de primera fase y en el cruce con Suiza de octavos de final. El ruido lo generaba que la Argentina no fuera el equipo campeón. También se lo generaba al propio Messi, que recibió el reconocimiento a desgano. Su obsesión estaba –está– en el premio colectivo y no el individual. Messi quiere su mundial y eso significa que el mundial sea de la Argentina. El destino de ambos –del jugador y del equipo– están atados.
Aunque no haya aparecido este año entre los 30 candidatos a quedarse con el Balón de Oro que reparte France Football, una novedad para un jugador que colecciona siete galardones de ese tipo, nadie dejaría de ubicar a Messi como una probable figura de Qatar. Es de los futbolistas que generan una expectativa inevitable y no es casual que la selección argentina esté en el top ten de demanda de entradas, según la FIFA, incluso por encima de Brasil.
Messi tiene a sus propios competidores mundialistas como compañeros de equipo. Kylian Mbappé y Neymar, que conforman el trío ofensivo del París Saint Germain junto al rosarino, integran también esa grilla de partida con jugadores que buscan dominar el mundo del fútbol. Mbappé lo consiguió en Rusia con 19 años, seis meses y 23 días. Esa tarde de Moscú se convirtió en el futbolista más joven en convertir un gol en la final de un mundial desde que Pelé había marcado dos en Suecia 58. Pelé tenía 17 años. Campeón con Francia y, por ende, campeón vigente, Mbappé va a Qatar a revalidar la corona.
Neymar, su compañero en el PSG, viaja para jugar el tercer mundial, a los 30 años, con una de las selecciones candidatas. Brasil siempre lo es, pero este Brasil construyó méritos propios. La guerra de egos desatada a cielo abierto en el PSG, en pleno partido, no solo muestra cómo se ordena el poder de un vestuario sino que anticipa también la pulseada mundialista. Aunque luego haya habido paz, goles y abrazos en el 7-1 frente al Lille. Entre Mbappé, Neymar y Messi llevan convertidos la mayoría de los goles convertidos por el PSG en las primeras fechas de la Ligue 1.
Pulseada de grandes
Pero el trío del equipo parisino no estará solo en Qatar. El mismo Mbappé tendrá de compañero a un jugador con patente de figura. Karim Benzemá no estuvo en Rusia 2018, pero regresó a Francia en la Euro 2021 después de un largo período de conflicto –incluída una condena por extorsión a un compañero de la selección– que lo dejó afuera del equipo. Con 34 años y después de liderar con goles al Real Madrid hacia una nueva Champions, Benzemá va por todo en Qatar.
Adversario. Cristiano Ronaldo, símbolo de Portugal a los 37 años y protagonista de una rivalidad de época con Messi.
Foto: De Melo Moreira/AFP/Dachary
Pero lo que quizá marque Qatar también sea el final de una rivalidad de época. La que Messi protagonizó con Cristiano Ronaldo, que va por su quinto mundial. Son 37 años para el portugués, que llega con un equipo bastante mejor armado que en otras ocasiones, al menos desde los nombres: desde el defensor Nuno Mendes (también del PSG) hasta los delanteros Diogo Jota y Bernardo Silva pasando por el joven João Felix. Con ellos, Cristiano va a la búsqueda de una corona que, sin embargo, no tiene a su selección de candidata. Pero es inevitable que el universo futbolero observe al portugués en espejo a Messi.
El resto de la grilla es dominada por los europeos. Es cierto que nunca hay que descartar a los uruguayos Luis Suárez y Edinson Cavani, que siempre tienen una bala más a pesar de la edad y de que no están hoy en la primera línea de fuego. Por eso, ahí aparece Harry Kane con Inglaterra, una selección que en Rusia 2018 fue semifinalista pero que viene trabajando para volver a levantar una copa del mundo como solo ocurrió en 1966.
Esa final con Inglaterra fue de las pocas que perdió Alemania, que buscará en Qatar volver a apoderarse del cetro como en Brasil 2014. Porque ya se sabe que el fútbol es un deporte de once contra once donde siempre gana Alemania. Aunque no siempre lo haga: viene de quedar eliminado de primera fase en Rusia 2018. Ahora dirigidos por Hansi Flick después de una larga gestión de Joachim Löw. Los que tienen el boleto abierto para ser las figuras del equipo son Joshua Kimmich, futbolista del Bayern Munich, y Kai Havertz, del Chelsea.
Bélgica siempre se anota en la pelea. Y ahí está el cerebro del Manchester City, Kevin De Bruyne. El mundial pasado se quedaron a las puertas de la final. Así como quedó a las puertas del título Croacia, un equipo que aún juega al ritmo de Luka Modric y que tuvo una gran estadía en Rusia a pesar de la caída contra Francia.
España atraviesa un proceso de recambio generacional que pone sus esperanzas en Pedri, su joya. Por tradición, es difícil sacarla de la pelea. Nunca se sabe en un mundial. Y como nunca se sabe, Sadio Mané va con su Senegal hasta donde el fútbol lo permita. Igual que Robert Lewandowski, que será rival de la Argentina con Polonia. Se trata de figuras con menos aspiraciones si se cuentan sus equipos. Sin embargo, no dejan de estar anotados en una pelea con la que Messi sueña cada día y hoy, PSG al margen, lo tiene más ocupado que nunca.