23 de diciembre de 2015
Pobladores de las provincias argentinas del noreste compartían con habitantes de Uruguay y Paraguay las consecuencias de la fuerte crecida de los ríos que ya había provocado la evacuación de al menos 300 personas en Chaco y de varios miles en los países vecinos hacia fines de diciembre. El río Paraná y el Paraguay continuaban creciendo, lo que castigaba con rigor a los barrios ribereños de la ciudad de Corrientes. Las autoridades señalaron que habían tomado las medidas preventivas necesarias.
El gobernador chaqueño, Domingo Peppo, recorrió las principales zonas afectadas para constatar el funcionamiento del operativo de contingencia coordinado por los ministerios de Desarrollo Social, Producción, Infraestructura y Salud Pública. Ante inquietudes manifestadas en los medios, las autoridades aclararon que el complejo Yacyretá no está en condiciones de evitar la crecida de los cursos fluviales, aunque intentaba regular la salida de las aguas. Médicos, agentes sanitarios y enfermeros del hospital Santa Rosa de Chajarí visitaron las zonas afectadas de esa localidad entrerriana y explicaron los problemas que se podrían derivar de la proliferación de roedores e insectos por la acumulación de aguas estancadas y la contaminación de los efluentes de agua. En Concordia, en tanto, había un centenar de familias alojadas en cinco centros de evacuados.