26 de noviembre de 2015
«Con la música no se puede mentir. Escuchás la obra de alguien y te das cuenta de qué clase de persona es. Si el músico usa un lenguaje esotérico, un lenguaje para asombrar, uno se da cuenta de que lo subestiman. Hoy los bandoneonistas se pelean para ver quién toca más rápido o más extraño. Pero lo importante es otra cosa: yo creo sobre todo en la simpleza.»