22 de julio de 2015
Todavía no puedo entender por qué tantos medios hicieron un gran escándalo por el reemplazo de la estatua de Cristóbal Colón por la de Juana Azurduy detrás de la Casa Rosada. Durante siglos Cristóbal Colón ocupó un lugar destacadísimo en la cultura argentina por ser el «descubridor» de América. Durante al menos 200 años se acallaron los crímenes cometidos por los conquistadores, disfrazándolos de gesta de un grupo de valientes que atravesaban el océano y terminaban descubriendo un «nuevo mundo». Si bien es cierto que Colón no estuvo implicado en las peores matanzas de los conquistadores –como las desatadas por Francisco Pizarro en Perú y Hernán Cortés en México–, sí fue el primero que utilizó a los nativos como mano de obra esclava para saciar sus ansias de oro y el que propició la invasión que se extendió por más de cuatro siglos. Es decir, gracias a Colón las tierras de casi toda América fueron expoliadas y sus habitantes explotados sin piedad por los descendientes de aquellos que luego con conformaron las clases sociales privilegiadas del continente.
Así que la verdad que no me apena nada que en lugar de Colón esté ahora tras la Casa de Gobierno Juana Azurduy y el navegante genovés haya ido a parar a la Costanera Norte. Espero que al menos lo pongan a mirar las aguas del río para que no se sienta tan extrañado en su nuevo hogar.
—Patricia Cabrera
Ciudad de Buenos Aires