7 de julio de 2015
«En tiempos de una acentuada falta de certezas existenciales, de precarización, en un mundo al borde de la desregulación, los nuevos inmigrantes son vistos como portadores de malas noticias. Nos recuerdan lo que hubiésemos preferido olvidar: hacen presente hasta qué punto las fuerzas poderosas, globales, son capaces de determinar nuestras vidas, sin importar nuestras decisiones.»