10 de junio de 2015
Organizaciones sociales y activistas ambientales impulsan un proyecto que podría prohibir en nuestro país el uso del glifosato, agrotóxico insumo para la producción sojera y catalogado como «posiblemente cancerígeno para seres humanos» por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Científicos, médicos y profesionales le solicitaron al SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) que disponga el inicio del procedimiento de análisis de riesgo, proceso que podría culminar con la prohibición del químico y sus derivados en todo el país. De acuerdo con los médicos, «el glifosato no solo provoca cáncer. También está asociado con el aumento de abortos espontáneos, malformaciones genéticas, enfermedades de la piel, respiratorias y neurológicas». Mientras se tramita el proceso de análisis de riesgo, los peticionantes exigen que se establezca una medida cautelar que disponga la «prohibición de las aplicaciones aéreas y terrestres de todos los registros que lleven el principio activo del glifosato a una distancia inferior a los 5.000 metros de las zonas urbanas de los municipios, asentamientos poblaciones, escuelas rurales, huertas, centros apícolas, ríos, arroyos, lagunas, cursos y espejos de agua, como así de pozos de extracción de agua para consumo humano». El glifosato se utiliza en la Argentina desde la década de 1970, y además de en la soja, se usa en la siembra de maíz y girasol, entre otras. A pesar de su alta toxicidad, se vende libremente en cualquier agroveterinaria, sin la intervención de profesionales agrónomos.