26 de agosto de 2021
Tarde de sol invernal o de fresco subtropical, vaya uno a saber con este cambio climatérico que azota a la Tierra.
–Tobías de mis almas en pena de madera, ¡estoy rebacunada!
–¡Te rebequito, Felicitas! Digo… ¡te felicito, Rebequitas!, pero, vacuna, ¿no va con v corta?
–Sí, Tobías, pero parece que vacunas «con v corta» justo no había, así que me preguntaron si aceptaba darme una segunda dosis con «b larga», total nadie se iba a dar cuenta de la diferencia porque acá las pronunciamos igual, no como en España.
–Es que en España son muy europeos, Rebequita de mis inmunoglobulinas G. Ya viste cómo son las cosas en el Viejo Incontinente; si ellos están pobres, pues te mandan tres carabelas a que vengan y se lleven todo. Pero si la que quiere ir para allá sos vos, por ahí le niegan la visa a tu vacuna y te obligan a comprar anticuerpos allí.
–Ay, Tobías de mi Inmaculada Vacunación, ¡vos siempre en contra, siempre anti! Bastante tengo ya con mi cuerpo para tener que ocuparme también de mi anticuerpo. ¿Vos me querés decir que de acuerdo con las nuevas leyes una tiene también un anticuerpo con Anticerebro, antiestómago, antibazo, antiduodeno, antirriñones, antobronquios, antiroides y anticolon sigmundeo, entre otras anticosas?
–No, no, Rebequita de mi trascendencia fenoménica kantiana, la biología no la puede modificar ninguna ley, quedate tranquila; seguimos respirando oxígeno y espirando dióxido de carbono.
–¿Y si al oxígeno le da por cambiarse de nombre y llamarse oxígenu?
–Pues difícil que a un elemento químico le den esos impulsos voluntarios, pero aún en ese caso, no cambiaría su esencia ni su condición esencial respiratoria. De hecho en otros idiomas se lo llama de forma diferente: oxygen en inglés, ossigeno en italiano, sauerstoff en alemán, kislorod en ruso, küki en japonés, oxygene en francés.
–Ay, Tobías de mi alma en pene, ¿sabés respirar en todos esos idiomas?
–Es que podemos pensar, actuar o comer distinto, pero todos, todas y todes respiramos igual, Rebequita de mis bronquiolos felices.
–¿Entonces me quedo tranquila con mi vacuna con v corta y mi segunda dosis con b larga?
–Sí, Rebequita de mis sueños no interpretados, es más, ¡sos un crisol de vacunas!
Un poco de felicidad, en medio de tanta pandemia.