23 de agosto de 2021
El detrás de escena de los conciertos de Charly García, Spinetta, Soda Stereo y los Ratones Paranoicos que marcaron un hito en el rock en castellano.
Pionero. Allá por 1995, Charly García fue el primero en grabar el Unplugged de MTV Latino con una formación que incluyó violín y chelo.
Entre los 80 y los 90, la cadena MTV marcó el consumo cultural de la época pasando 24 horas ininterrumpidas de videoclips que mezclaban las dos cosas que amaban los jóvenes: mirar televisión y escuchar música. En 1993, la aparición de la versión latinoamericana de la señal generó un fenómeno regional, acompañando todo el movimiento de rock que estaba surgiendo en Chile, Colombia, Argentina y México. La sede de MTV Latino estaba en Miami y la programación replicaba las tendencias del canal estadounidense.
Dentro de esa grilla, la estrella eran los MTV Unplugged, que se había impuesto a nivel mundial a partir del éxito de los shows de Nirvana y Eric Clapton. El formato resultaba infalible: grandes artistas haciendo nuevas versiones acústicas de sus temas emblemáticos, como si estuvieran tocando entre los sillones de un bar. La versión latinoamericana nació en 1995 y los exponentes argentinos tuvieron un papel fundamental dentro de la expansión del formato en el continente.
«El auge que tenía la cadena MTV era enorme en toda Latinoamérica», dice el periodista especializado Marcelo Fernández Bittar, autor del libro 50 años de rock argentino. «Estas grabaciones tenían el potencial de ser un boom como había ocurrido en Estados Unidos e Inglaterra con discos unplugged como el de Eric Clapton, que lo llevó a un nivel de exposición que no había tenido nunca en su carrera», dice.
Más de 25 años después, la reedición en vinilo de los shows de Charly García, Soda Stereo, Luis Alberto Spinetta y Los Ratones Paranoicos, a través del sello Sony Music, refleja la vigencia de aquellos conciertos. «Son grandes discos que suenan como si los hubieran hecho ayer. La idea de que estén disponibles en vinilo es porque en esta pandemia el formato cobró un nuevo auge», dice Sergio Ponfil, encargado del catálogo de Sony Music.
Estado de gracia
Fue en 1995 que García recibió la propuesta de grabar el primer Unplugged de MTV Latino. «Nos mandaron unos VHS con los videos del unplugged. Eran muy acústicos, sin batería, muy folk», recuerda Fabián Von Quintiero, que integraba su banda en aquel momento. Cuando terminaron de verlos, Charly lo atravesó con su mirada: «¿Vos querés que yo haga esto, boludo? Esto es Sui Generis, yo ya lo hice en los 70».
Estrelicia. La joya grabada por Spinetta.
Sin estar muy convencidos, empezaron una negociación artística con la cadena y arrancaron los ensayos, que duraban horas en el living de la casa del músico, pero el sonido unplugged no lo convencía. «Sonaba sin power y a Charly le gustaba el volumen. Encima, en esos días Fernando Lupano dejó el grupo y tuve que pasar a tocar el bajo», dice el «Zorrito» Quintiero. Más tarde se sumaron a los ensayos los hermanos Ulises y Erica Di Salvo, que tocaban el chelo y el violín. «Cuando escuchó como quedaba “Yendo de la cama al living” con las cuerdas, dijo: “Ok, esto me va”», recuerda.
La banda, conformada por Charly en piano, María Gabriel Epumer en guitarras, Fernando Samalea en batería, el Zorrito Quintiero en teclados y bajo, y los hermanos Di Salvo, llegó una semana antes para los ensayos en Miami y grabó todo el material en una sesión el 4 de mayo de 1995. El álbum se volvió un clásico, con un García en estado de gracia en «Yendo de la cama al living», «Pasajera en trance» y «Los dinosaurios». «Fue un golazo para Charly. Fue un éxito comercial y es una pieza distinta en su discografía», define Quintiero.
Psicodelia e historia
En 1996 Soda Stereo era una de las bandas más grandes de América Latina, pero estaba pasando por un momento de desgaste interno. Las negociaciones para que formen parte de la serie llevaron más de dos años. «Fue un disco grabado a las apuradas en medio de la gira Sueño Stereo. Lo prepararon y ensayaron prácticamente en habitaciones de hotel. El desgaste de la banda se acentuó un poco durante la presentación de Comfort y música para volar», recuerda Fernández Bitar, biógrafo del trío.
El MTV Unplugged los muestra en una fase más experimental, con un sonido más psicodélico. El músico Fabián «Tweety» González no tiene un mal de recuerdo de esos días, aunque la banda se separaría un año más tarde. «Al disco lo veo más como una jam ensayada, donde todo estaba pensado menos los solos de guitarra y teclados. Los arreglos salían zapando los temas. La mayoría de las canciones quedaron de primera toma. Le doy un valor especial porque era una relectura interna de la banda», dice el tecladista.
El sonido hipnótico de la guitarra eléctrica de Cerati, junto con el sonido de las cuerdas y los teclados en varios tramos, le dieron una atmósfera distinta al recital y al disco resultante. Hay versiones memorables de «Ciudad de la furia» con Andrea Echeverri de Aterciopelados, «Té para tres» con la cita del punteo de «Cementerio club» de Pescado Rabioso, o la sofisticación de «Un misil en mi placard». Comfort y música para volar terminó siendo el más eléctrico de la serie Unplugged. «Cada uno de los artistas tenía su trampa y había instrumentos enchufados», dice Bitar. «Soda Stereo se mandó la tachadura de las letras U y N en la tapa del disco Unplugged para anunciar que su sonido ya era más eléctrico».
En 1997, Luis Alberto Spinetta estaba tocando con su proyecto Los Socios del Desierto, un power trío crudo y rockero que integraban Marcelo Torres en el bajo y Daniel «Tuerto» Wirtz en batería. Acababa de lanzar un disco doble con temas nuevos y no tenía intenciones de revisar su historia musical, como le proponía la señal. Finalmente los productores del canal aceptaron sus condiciones y la lista de temas se conformó con seis estrenos inéditos, además de canciones de Almendra, Pescado Rabioso y de su primera etapa solista.
Clima. Cerati y Charly Alberti en vivo.
Después de quince días de ensayo en la Diosa Salvaje, donde se sumaron a la banda el Mono Fontana en piano y teclados, y Nico Cota en percusión, viajaron para grabar el unplugged el 20 de setiembre de 1997. «Fue un show especial porque Luis fue un artista básicamente barrial. En “Laura Va” se le quiebra la voz por la emoción, porque también era un show donde pudo compartir con músicos que él quería. Lo había llevado a Rodolfo García, también, y era una reunión de amigos. Yo tomé el riesgo de ir en avión por una cuestión de amistad. Cuando terminamos el show Luis me dio un abrazo. Me dijo: “Pensé que nunca más íbamos a tocar”. Estaba llorando», dice el Mono Fontana.
Estrelicia es una de las joyas de la discografía de Spinetta, por las versiones, el repertorio elegido, la fidelidad y sutileza del grupo, que se traduce en un sonido reposado y armónico. Spinetta impregna de una intensidad melancólica a «Laura va» y «Jazmín», o envuelve a sus temas de una lírica particular, como ocurre con el inédito «La miel en tu ventana», a dúo con Rodolfo García en acordeón. Los temas pendulan entre la bella fragilidad del fraseo vocal de Spinetta y el pulso de la guitarra acústica en «Durazno sangrando», la intimidad de «Fuji» o la original «Mi sueño es hoy».
«A la distancia el Unplugged tiene una delicadeza y una magia increíbles», dice Marcelo Torres. «Dentro de su discográfica ese trabajo es impresionante, porque además de tener esa reseña de algunas canciones de diferentes momentos de su carrera, los temas nuevos son tremendos y solamente están en ese disco».