10 de diciembre de 2014
Las medidas antidumping impulsadas en el sector no solo favorecieron la fabricación de pares, sino también la conformación de pequeñas proveedoras de partes.
La industria del calzado es el ejemplo por excelencia de un sector que logró crecer al amparo de políticas que lo protegieron de la importación indiscriminada a precios de dumping. Si bien las importaciones continúan siendo significativas, acompañando el crecimiento del mercado interno, existen licencias no automáticas cuya implementación apunta a controlar el ingreso del exterior. Esto favoreció a las fábricas de calzado, que lograron un nivel récord de producción de 120 millones de pares el año pasado, pero también a los proveedores, logrando una mayor integración de la cadena. Los productores de componentes para el calzado también asisten a segmentos con mayor grado de concentración. En la actualidad existen en el país alrededor de 1.700 fábricas de calzado, según cifras de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC).
El sector se caracteriza por una demanda con una alta sensibilidad al ingreso medio de la población, y puede dividirse en dos segmentos bien diferenciados, teniendo en cuenta el uso del calzado: deportivo, de performance y de tiempo libre; y no deportivo, de vestir y especiales (de trabajo o seguridad). Italia, España, Portugal y Francia constituyen los principales centros de diseño y fabricación de calzado de alta gama, mientras que los países con costos laborales más bajos como China, India, Indonesia y Vietnam producen calzado de gamas media y baja y calzado deportivo, según un informe del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Industria.
En el país la actividad es llevada a cabo sobre todo por pequeñas y medianas empresas que emplean a unas 30.000 personas en forma directa y generan más de 15.000 puestos de trabajo indirectos. El 90% de las firmas están localizadas en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, distribuyéndose la mayor parte del resto entre Córdoba y Santa Fe. Los segmentos con alta concentración son los de calzado deportivo/performance, mientras que en el deportivo/tiempo libre, de vestir y para niños y bebés la concentración es mediana. Gran parte de las empresas que en los 90 importaban calzado reorganizaron su proceso productivo, fabricando e invirtiendo, y en la actualidad, hasta promoviendo la exportación.
El crecimiento de esta industria se explica en gran parte por la medida antidumping contra el calzado chino. La norma establece que cada par que provenga de ese país debe tener, al ingresar en Aduana, un valor mínimo de 13,38 dólares. De esta forma se preserva de la competencia desleal a más del 85% de la industria nacional. Esta limitación a la importación motorizó la producción de proveedores y de partes de calzado.
Bien atado
Los materiales utilizados para la producción de calzado son el cuero –en el país el 60% del calzado se realiza sobre esta base–, plásticos, caucho y textiles. Se fabrica también con otros materiales pero su incidencia en el producto es insignificante. En tanto, las fábricas se proveen de partes que compran a otras fábricas, talleres y particulares (trabajo en domicilio registrado).
«Desde 2003 hasta el año pasado la industria del calzado ha vivido un período de fuerte recuperación, producto del crecimiento económico del país y de acertadas políticas gubernamentales para el sector. Los proveedores del calzado realizamos inversiones, incorporación y capacitación de personal y desarrollos que nos permitieron aumentar considerablemente nuestra capacidad instalada y la calidad de nuestros productos para acompañar ese crecimiento», explica José Luis Baraviera, de Bases y Componentes. «La industria en general está trabajando bien, dentro de su capacidad instalada, sin efectuar grandes inversiones en activos fijos ni incorporando personal», sostiene Adalberto Estebarena, de Industrias Plásticas Erescano, quien previó que para el año próximo habrá una desaceleración de la actividad producto del freno que se impuso este año a las importaciones. El rubro acumula en 11 años un incremento récord de fabricación del 164%.
El crecimiento del mercado interno fue acompañado por un descenso de las importaciones, que pasaron de 11,7 millones de pares en 2006 a unos 8,7 millones en 2013, lo que significó un importante aumento de la participación local. El consumo estimado rondó los 137 millones, mostrando una recuperación del 170% respecto del 2012. El 84% del consumo es cubierto por producción nacional. En 2013 las exportaciones ascendieron a 647.887 pares. Sin embargo, en marzo de este año se superó la totalidad exportada en el período anterior con un total de 651.222 pares.
La actividad cuenta con distintos programas, tanto públicos como privados, de incentivo y capacitación. El Programa Expertos PyME es un programa de asistencia técnica para pequeñas y medianas empresas de todo el país, por parte de profesionales seleccionados por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para formar parte de una base de expertos. Los proveedores también tienen desde hace 25 años el Centro de Formación de Recursos Humanos y Tecnología para la Industria del Calzado (CeFoTeCa), para capacitación de personal. En este organismo especializado del INTI se capacitan más de 300 técnicos al año. La Cámara también ofrece este servicio. Se han formado más de 40 capacitadores que se desempeñan hoy como formadores de oficios en los diferentes centros de las ciudades de Córdoba, Rosario, Arroyo Seco, Coronel Suárez, Bolívar y Buenos Aires.
—Cristian Carrillo