14 de julio de 2021
El tercer encuentro del ciclo «Reflexionar para deconstruir» convocó a referentes de organizaciones feministas. Avances, logros y asignaturas pendientes.
Todas las voces. Violencias, trabajo y educación, algunos de los temas abordados.
La Comisión de Asociados de la filial Berazategui del Banco Credicoop realizó el tercer encuentro del ciclo Reflexionar para deconstruir. La actividad fue presentada por Graciela Cayian, gerenta de la filial bonaerense; Stella Maris Bruno, secretaria de Educación Cooperativa de la Comisión de Asociados y Jésica Palavecino, también integrante de la Comisión y asociada a la cooperativa Hormigas Podadoras. Las expositoras fueron Cinthia Casagrande, secretaria de Género y Diversidades del municipio de Quilmes; Carolina Guarnieri, cofundadora de la ONG Liderar Mujer; Gabriela Guerrero, docente de la UNQUI y parte del proyecto de extensión No Me Callo Nada; y Olga Edith Martínez, presidenta de la cooperativa General Mitre – Manos Unidas y promotora territorial de equidad y género.
Realizado en el marco del sexto aniversario del nacimiento del movimiento Ni Una Menos, el debate giró en torno a las herramientas de las que dispone la economía social para hacer frente a las problemáticas de género. En ese marco, Casagrande señaló que el municipio de Quilmes inaugurará el Centro de Atención a Mujeres y Diversidades. «Vamos a hacer hincapié en la capacitación del personal policial y trabajaremos en conjunto con equipos que tomen la denuncia en la misma oficina, para que la denuncia se realice una sola vez». A la vez, contó que van a ofrecer talleres y herramientas para acompañar a las mujeres y alentar la autonomía económica. «Es un día muy especial porque acaba de ser ley el cupo laboral trans», dijo, a su turno, Guarnieri, quién además contó que desde la ONG que preside trabajan «para romper ese techo de cristal –o de hormigón como nosotras lo llamamos– con mujeres cooperativistas y comerciantes que nos acercan sus problemáticas. Tratamos de buscarles una solución en estos tiempos en que muchas tuvieron que convertirse en jefas de familia». Cayian, por su parte, destacó que se puso en marcha desde el INAES «un protocolo para la prevención de situaciones de violencia en organismos y en entidades de carácter social, en cooperativas y asociaciones». Y destacó como protocolo de referencia al que ya funciona en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Guerrero contó que con No Me Callo Nada «se trabaja para prevenir estas violencias de las que venimos hablando, tratando de ver cómo las evitamos y así lograr que las próximas generaciones no convivan con este terrible flagelo». Martínez habló de la tarea de Manos Unidas en merenderos y ollas populares del barrio de General Mitre de Berazategui. Resaltó que generaron «un espacio de contención en el que acompañábamos a hacer la denuncia, pero después no teníamos medios económicos así que empezamos con nuestras maquinitas, cosiendo y reciclando ropa». Hoy confeccionan barbijos para donar en los merenderos y reciclan plástico y botellas que venden para sustentarse. Para cerrar, Cayian habló de la importancia de «formarse para después compartir esa información y que nos vaya guiando en las acciones.»