1 de julio de 2021

Manuel Alfieri

El precandidato presidencial por el Partido Comunista analizó el cambio de escenario político, los debates por la Nueva Constitución y el desafío de la izquierda.

Las megaelecciones de mayo en Chile provocaron un auténtico cimbronazo y abrieron la puerta a lo que muchos ya consideran una nueva era en el país trasandino. La contienda –que tuvo más de 17.000 candidatos a convencionales constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales– pintó un novedoso e inesperado mapa político, con la irrupción de los independientes, un importante avance de la izquierda y la estrepitosa caída de los partidos tradicionales, en particular del oficialismo del presidente Sebastián Piñera.
Uno de los ganadores de aquella histórica jornada fue Daniel Jadue, alcalde reelecto en la comuna de Recoleta (Santiago de Chile) y precandidato del Partido Comunista (PC) para las internas presidenciales del 18 de julio, la segunda gran batalla de este agitado año electoral de cara a las generales del 21 de noviembre. De 53 años, arquitecto, sociólogo y una de las figuras más relevantes de la izquierda local, Jadue participó del conversatorio virtual «Una nueva era comienza en Chile: elecciones comunales y Convención Constituyente», organizado por el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) en el marco del ciclo «Nuestra América en disputa». Allí fue entrevistado por Juan Carlos Junio, director del CCC, y Atilio Boron, director del Programa de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED) del CCC, con quienes conversó sobre lo que dejaron los comicios y las disputas que se darán en torno a la redacción de la nueva Constitución.
Durante la videoconferencia, Jadue consideró que las elecciones de mayo significaron «el resurgimiento del pueblo de Chile» como sujeto político. «Ese pueblo –apuntó– que fue arrancado de los libros de historia, de la discusión política, de la vida política en 1973, está de vuelta de manera intempestiva». Sin embargo, y más allá de celebrar ese retorno, el referente del PC advirtió que el malestar popular expresado en las urnas todavía no logró articularse en una propuesta política concreta. «Es un malestar que nace de la rabia, de la frustración, pero que todavía no tiene una vocación de poder definida. Aún debe vivir su propio proceso de maduración», explicó el alcalde desde su oficina, donde destaca un retrato del expresidente Salvador Allende.
La rabia y la frustración que Jadue refiere se hicieron palpables en las calles durante 2019, con masivas movilizaciones en todo el país. Ahora, ese hartazgo contra el «modelo» y los «partidos del orden» se hizo presente otra vez, pero por la vía institucional: al igual que la izquierda, los independientes realizaron una excelente performance en las elecciones para conformar la Convención Constituyente, que se encargará de redactar una nueva Constitución y así reemplazar a la heredada de tiempos pinochetistas.

Jadue fue cauto al analizar las implicancias políticas del resultado obtenido por los «indignados» chilenos. «La Lista del Pueblo, que representa a los independientes, no es una lista monolítica, con un solo programa. Tiene algunas demandas transversales a todos, pero es un grupo bastante heterogéneo y representado por individualidades muy diversas», señaló el dirigente comunista, para quien el otro gran problema es que, si bien muchos independientes presentan un «programa antineoliberal», al mismo tiempo están atravesados por los valores neoliberales. «Muchos son muy individualistas, muy alejados de cualquier tipo de organización política, antipartidos, de creer que todas las fuerzas políticas son lo mismo».

Discusión transparente
La contracara del resultado logrado por los independientes y la izquierda fue la pobre elección realizada por los conservadores. Esa, sostuvo Jadue, fue la «primera buena noticia» de la jornada electoral. «La derecha no consiguió el tercio que le hubiese permitido bloquear los cambios fundamentales en la nueva Constitución», celebró el jefe comunal, aunque también advirtió sobre los problemas que puede ocasionar «la gran dispersión que hay entre todo el resto de los que no componen la derecha» dentro de la Convención Constituyente. «No tenemos la certeza de que existan dos tercios ordenados completamente en torno a las demandas del pueblo y de la ciudadanía. Estamos en un espacio aún indeterminado. Nosotros participaremos sabiendo que será un proceso de disputa permanente».
En el diálogo con Jadue, Junio y Boron destacaron la importancia de que el proceso de debate constitucional sea acompañado por una gran movilización popular para garantizar «una nueva Constitución democrática, animada por un afán de justicia social y de encauzar las grandes luchas» del pueblo chileno. Algo con lo que coincidió absolutamente el alcalde andino. «Esa es la propuesta de nuestro partido. A diferencia de lo que piensan algunos, tiene que haber una discusión transparente de cara a la ciudadanía. Si alguien piensa que será una discusión en la cual la ciudadanía no va a participar, esto terminará en un fracaso», concluyó.