25 de septiembre de 2014
«Quiero que mis hijos sean buena gente, que por ningún motivo lastimen a nadie y que reciban amor, porque esa es la manera ideal de enfrentar al mundo. Y ojalá tengan humildad. Veo mucha gente corromperse con el éxito, o con la banalidad de la guita. Y no hay nada peor que vivir con un egocentrismo desmedido, en base a falsos dioses, como la plata o la fama.»