25 de septiembre de 2014
Un 25,9% de los padres argentinos admite haberle dado un «chirlo» a su hijo en el último mes; un 22,6% reconoce haberlo zamarreado, un 1,8% haberle «pegado en alguna extremidad», un 5,6%, haberle pegado con algún objeto, un 6,1% haberle dado un golpe en la cabeza y un 4,1%, una paliza. Así lo consigna la Encuesta de Condiciones de Vida de Niñez y Adolescencia llevada a cabo por el Ministero de Desarrollo Social y Unicef en áreas urbanas y rurales de todo el país. Según el estudio, aunque sólo el 3,7% de las familias dice estar de acuerdo con que los niños deben ser castigados físicamente, el 46,6% de ellas recurre a la violencia en algunas de sus formas. Desnaturalizar estas formas de maltrato es uno de los objetivos de una campaña lanzada recientemente por Unicef y el Gobierno nacional, que incluye, además de spots televisivos y afiches, el pedido de que la palabra «buentrato» se incorpore al diccionario de la Real Academia Española.