27 de febrero de 2020
Al igual que en todo el noroeste argentino, en la Quebrada de las Cuevas –Alto Valle Calchaquí, provincia de Salta–, el fin del verano es el tiempo de la señalada, un ritual ganadero mediante el cual los pastores piden protección y abundancia.
El sahumado del corral principal y la primera «challa» a la tierra, ofrendando hojas de coca, alcohol y gaseosa, marcan el inicio de la señalada. Luego se eligen dos animales, una hembra y un macho, y se realiza el «matrimonio». Los dos animales son sujetados mirando hacia el este, se los señala o «florea», colocándoles flores de lana en las orejas y se los «chimpea» anudando «chimpos» (hilos de colores) en el lomo. Luego se marca el ganado con un corte en la oreja y se realiza la suelta del ganado.
Para finalizar, lejos del corral y en altura, se abre un hueco en la tierra, se entierran los trozos de orejas que se guardaron de la marcada y todos vuelven a expresar su intención: que el rebaño crezca y se multiplique.