Por una mayor demanda mundial de fibras naturales, la región noreste del país registrará una buena producción este año pese a la caída de la actividad textil nacional. Quejas por la falta de semillas en el sector y el incremento de los costos logísticos.
29 de enero de 2020
Cultivo. El 90% de la especie se cosecha en Santiago del Estero, Chaco, Santa Fe y Salta. (Gerónimo Molina/SUB.COOP)
Por la caída estrepitosa de la producción textil y el ingreso de manufacturas importadas, el sector algodonero, actividad mayormente en manos de pequeños productores, se mantiene a los tumbos. La actividad enfrenta problemas logísticos, como otras industrias de la región NEA que, por su ubicación geográfica, requiere mayores costos de transporte haciendo todavía más difícil la competencia frente al ingreso de material terminado importado. En el sector alertan por la escasa provisión de semillas y solicitan que se autorice el uso de «flex» (semillas propias).
Este año la emblemática firma textil Alpargatas, una parte importante de la historia industrial del país, que acompañó los distintos procesos políticos y económicos durante los últimos 136 años, anunció la venta de tres plantas y una desmotadora de algodón. No pudo sobrevivir a Cambiemos y dejó de operar en el mercado local. La caída de este gigante fue la última señal de alerta de un sector muy castigado por las políticas gubernamentales. La crisis de la industria textil atraviesa verticalmente a toda la cadena productiva.
El aumento de los costos, los problemas de logística y la devaluación constante de la moneda impiden al sector algodonero mejorar sus niveles de productividad. Argentina está en el puesto 12 en área y producción de algodón, mientras que en rendimiento se ubica en el vigésimo lugar, según cifras del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). El 90% del algodón se cultiva en las provincias de Santiago del Estero (46%), Chaco (29%), Santa Fe (15%), Salta (6%), Formosa (2%) y San Luis (2%).
Reclamos
En los últimos doce meses los precios internacionales de la fibra de algodón se encarecieron entre un 15% y 37%, según la calidad del producto. Cifras de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) dan cuenta de que «el producto que más exporta Argentina (en el rubro) es algodón en bruto, con 48%; seguido de semillas, 27%; y subproductos de la industria, 17%». Según un informe de la entidad agropecuaria, «si bien no se exportan grandes volúmenes, lo hacen a valores relativamente altos, en torno a los 870 dólares la tonelada». En el sector aseguran que los actuales precios internacionales «ofrecen buenos resultados económicos frente a los demás cultivos extensivos, como soja y maíz». «El gasto productivo de hacer una hectárea de algodón en Chaco y Santa Fe, se ubica entre 510 y 550 dólares, mientras que el margen bruto para un productor es de entre 40 y 115 dólares. Si el mismo productor es dueño del campo, el margen se ubica entre los 100 y 220 dólares», señala el relevamiento de Coninagro.
A pesar de las adversidades climáticas del último año, los productores lograron una mejora del 20% por encima de la campaña 2018/19, alentados por la competitividad que ofrece el algodón con respecto a otros cultivos y un mercado internacional demandante de las fibras naturales. Esta mejora podría traccionar al resto de la cadena textil, demandando mano de obra, aunque para ello se requiere que el Estado asista a los otros eslabones.
Sin embargo, la falta de una clara regulación en el sector atenta también contra esa cosecha. Los productores dicen que al no poder utilizar su propia semilla (flex es el nombre con el que se conoce a la semilla que no vende la industria semillera), la superficie caerá este año. El productor puede adquirir semilla fiscalizada por el Instituto Nacional de Semillas (INASE) o utilizar su propia semilla guardada. Desde la industria semillera aseguran que triplicaron la producción. Tras los reclamos, finalmente, se autorizó la semilla de clase identificada: en poder de productores que, bajo ciertas condiciones, garanticen el origen y la calidad.