El macrismo se despide con una inflación anual promedio superior al 40% y un aumento acumulado cercano al 300%, índices que ponen en evidencia, una vez más, el fracaso de la receta monetarista. Incremento en cuotas de medicina privada.
13 de noviembre de 2019
Combustibles. Tras el congelamiento dispuesto luego de las PASO, y hasta fin de año, las petroleras estiman un atraso en los precios del 20%. (Télam)El presidente Mauricio Macri insiste durante el final de su gobierno con que la economía está «mucho mejor parada que hace cuatro años para comenzar una etapa de crecimiento, de empleo y de mejora del salario». Sin embargo, un simple repaso por la evolución de cualquier indicador económico-social-financiero revela un escenario muy diferente.
La política antiinflacionaria fue uno de los fracasos más estrepitosos de la alianza Cambiemos. En enero de 2014, en una entrevista para CNN, el entonces jefe de Gobierno porteño había afirmado que «la inflación es la demostración de la incapacidad de gobernar porque significa que uno no puede administrarse con los recursos que tiene». Mientras que en el período 2011-2015, el promedio inflacionario fue del 28% anual, según datos de la consultora Abeceb, durante la gestión macrista la inflación promedió un poco más del 40%. Para 2019, Argentina (de acuerdo con datos del propio Fondo Monetario Internacional) se ubica en el tercer lugar del ranking de países con mayor inflación, con un 57%, precedido por Venezuela –con hiperinflación– y Zimbabue, con el 183%.
El último dato oficial fue el de septiembre, con un 5,9%. Con tal registro, la inflación muestra que se mantuvo 20 meses consecutivos por encima del 2% mensual, alcanzando su pico más alto en el mismo mes del año pasado, cuando alcanzó el 6,5%. Un informe del equipo de Proyecto Económico señala que «la suba de precios alcanza un alza de 267,5% en 46 meses, confirmando en materia inflacionaria uno de los fracasos más importantes del Gobierno y de las políticas con las que se intentó combatir la inflación». Es decir, el Gobierno de Macri finalizó su mandato con un aumento de precios acumulado cercano al 300%.
El pronóstico realizado por economistas, bancos y consultores privados en el Relevamiento de Expectativas del Mercado publicado por el Banco Central anticipa una inflación para el cierre del 55,6%, el mayor nivel inflacionario de los últimos 27 años. Ese registro récord revela el fracaso de la receta monetarista, ya que el congelamiento de la base monetaria (meta recientemente relajada) y las altísimas tasas de interés fueron una política inconducente para enfrentar este problema.
Lo que viene
El Gobierno nacional difundió un documento donde relata los supuestos logros económicos de su gestión. El informe sostiene que «el país está listo para crecer» ya que, entre otras cosas, «en estos cuatro años nos ocupamos de apagar los motores de la inflación». Los datos duros muestran otra cosa. La mayoría de los economistas pronostican una inflación mensual superior al 4% en los dos últimos meses del año, motorizada por la liberación de los precios regulados «frenados» por cuestiones electorales. Por ejemplo, los combustibles subieron 5% a partir del primer día de noviembre. Es apenas el comienzo, porque habrá nuevos ajustes en función de lo dispuesto en el Decreto 566/19 que suspendía los aumentos hasta el 14 de noviembre. Las fuentes del sector estiman un «atraso» cercano al 20%. Otro precio intervenido había sido el de la telefonía celular. En noviembre, Movistar, Claro y Personal subirán sus tarifas un 20%, redondeando un aumento anual cercano al 65%. Las cuotas de la medicina prepaga también finalizarán 2019 con un incremento superior al promedio general inflacionario (ver recuadro). Por su parte, los productos del Programa Precios Esenciales aumentaron un 13%, mientras que en la última semana de octubre, algunos productos clave de la canasta alimentaria, como carne y harina, se incrementaron un 20%.
El cuadro tarifario de los servicios públicos será uno de los temas a resolver por el nuevo Gobierno. En septiembre, el Ejecutivo anunció que el aumento de gas previsto para octubre (alrededor del 30%) se postergaba hasta enero de 2020. Mientras que las tarifas de la electricidad y del transporte público en el área metropolitana están congeladas desde mayo.
En la provincia de Buenos Aires, la gobernadora María Eugenia Vidal se despide con un aumento promedio del 25% en la tarifa de electricidad a partir de enero de 2020. El incremento alcanza a los usuarios de todas las distribuidoras (Edelap, Edea, Eden y 200 cooperativas) que operan en territorio bonaerense. El gobernador electo, Axel Kicillof, reclamó que se anule esa decisión, ya que «a la gente no le alcanza para comer, y estos son aumentos que no se acumulan sino que se multiplican. Nadie puede pagarlos. La Corte Suprema ya dijo que los aumentos deben ser razonables, no puede ser que la gente tenga que elegir entre comer, pagar los servicios o comprar los remedios», sostuvo Kicillof.