22 de mayo de 2019
En el pueblo de Miraflores, a las puertas del Impenetrable Chaqueño, a solo 300 kilómetros de Resistencia, una treintena de mujeres se asociaron para comercializar sus artesanías, en la cooperativa N’tetaxananaqui, en lengua qom, «tejedoras del monte». Ellas extraen del monte nativo la hoja de la palma y de una palmera pequeña llamada carandilla, que trabajan con las mismas técnicas de sus ancestros. «Usamos la técnica de la palma, aprendemos de nuestros abuelos, de nuestras mamás, de nuestros hermanos mayores, y lo vamos transmitiendo de generación en generación», dice Noemí Mendez, una de las artesanas, mientras enseña los canastos, portatermos, carteras, paneras y hueveras que tejen. El fruto de su trabajo se vende por encargo, en ferias de todo el país y en el local de la cooperativa, ubicado a pocos metros de la Intendencia del Parque Nacional El Impenetrable.