10 de abril de 2019
Con la floración primaveral de los cerezos, los japoneses salen en masa embelesados hacia parques y jardines, siguiendo la tradición de observar la belleza de las flores, denominada hanami. En Tokio, Kioto y Osaka las flores se abren a fines de marzo o comienzos de abril, hasta que una brisa crea una lluvia de pétalos como una nevada. Ese día, la novedad encabeza los noticieros y hay conmoción nacional, nadie habla de otra cosa que no sea de los sakuras (árbol de cerezo en japonés). En el gigantesco Parque Ueno, el más popular de Tokio, en el gran bosque de cerezos, grupos de compañeros de trabajo se reúnen a comer sushi y tomar sake sentados en lonas azules en medio de un alboroto, mientras contemplan el espectáculo de los sakuras.