El fundador del grupo empresario que creció al amparo de prebendas estatales llegó al país para trabajar como albañil y 70 años después la muerte lo encontró en retirada de uno de los más importantes holdings nacionales. Su cercanía con el poder.
14 de marzo de 2019
(Foto: Télam)De albañil en Ciudad Evita a mayor contratista de obra pública. La cercanía que supo construir con todos y cada uno de los gobiernos –tanto democráticos como militares– convirtió a Franco Macri en la cabeza de uno de los mayores holdings empresarios del país. La vida del padre del presidente, que se extinguió el 2 de marzo pasado, estuvo marcada por un crecimiento empresario explosivo que lo convirtió en uno de los pilares de la «patria contratista». Su grupo económico empresarial estuvo a cargo de la construcción de puentes, gasoductos, edificios, rutas y plantas industriales, electrificación de ferrocarriles, producción de películas, participaron en el sector agroindustrial, recolección de residuos y hasta servicios de vuelos para ejecutivos. Franco hizo siempre negocios al amparo de los beneficios estatales, desde la dictadura de Onganía hasta el actual gobierno de Cambiemos.
Nació en Roma el 15 de abril de 1930 y arribó a Buenos Aires a los 18 años, donde su padre Giorgio –separado de su madre– lo esperaba con un empleo de albañil en la Sociedad Anónima de Obras Públicas (Saop) en Ciudad Evita, La Matanza. Antes de los 30 (en 1959) ya había fundado su primera empresa, dedicada a la construcción de casas unifamiliares. Un empujón importante a su espíritu emprendedor lo recibió del Estado durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, bajo cuya administración realizó millonarios negocios. Asociado con su familia política, los Blanco Villegas, llevó adelante negocios ganaderos ligados con la exportación de carne, a partir de cupos y facilidades estatales. En enero de 1976 fundó el holding Socma, con el cual se quedó con buena parte de las licitaciones de la obra pública de la dictadura cívico-militar y se afianzó como principal contratista.
Diversificado
En esos años comenzó también la diversificación del negocio, al asociarse con la empresa constructora de Fiat, dando origen a Impresit-Sideco, para luego crear también Sevel Argentina, la automotriz de capitales italianos (Fiat) y franceses (Peugeot). Su primogénito, Mauricio, que ya hacía negocios con los italianos en la construcción, se hizo cargo de Sevel desde sus inicios, donde llevó a cabo la «limpieza» necesaria de la nómina de trabajadores para bajar la producción anual de autos a 30.000 por año, debido al achicamiento del mercado. En esos años, la automotriz contrajo una deuda en el exterior que llegaba a los 170 millones de dólares, que destinó a la especulación financiera y posterior fuga de capitales. En 1982, llegó un salvataje providencial a manos del entonces presidente del Banco Central, Domingo Felipe Cavallo, quien estatizó los pasivos de las corporaciones, incluida la automotriz de Franco, comandada por Mauricio.
Según un informe de los economistas Eduardo Basualdo, Manuel Acevedo y Miguel Khavise, de siete empresas en 1973, los Macri alcanzaron las 47 al final de la dictadura cívico-militar. No obstante, los beneficios de su cercanía con el poder se mantuvieron con el menemismo, cuando se convirtió en uno de los grupos empresarios que se benefició de la «ola privatizadora». En ese momento, se hizo cargo del Correo Argentino y del control del Belgrano Cargas, entre otras empresas estatales. También fundó, a través de Socma, la aerocomercial (MacAir Jet), que tras la asunción de Macri, fue vendida por 10 millones de dólares a Avianca Holdings, firma que se alzó con todas la rutas solicitadas en el mercado de cabotaje. En 2009 Franco ya había dividido las acciones del grupo entre sus hijos. Mauricio, entonces jefe de Gobierno porteño, cedió a su vez, dichos valores a tres de sus hijos. La última incursión en público del patriarca del holding se relacionó con el dinero del grupo en paraísos fiscales. Franco se hizo cargo, para desligar a su primogénito ya presidente, del control de Fleg Trading, la sociedad offshore de la familia Macri que salió a la luz en abril de 2016 con los Panamá Papers.