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Después de seis años como movilera de Perros de la calle, construyó una carrera como actriz que la llevó al teatro, el cine y la televisión. Además de protagonizar una obra basada en la historia de su abuela, este año también debutó como directora.


En escena. La intérprete estrena la serie Sí, solo sí y la película Te pido un taxi. (3Estudio/Juan Quiles)

Todo lo que tenga que ver con el teatro, ella lo quiere, lo abraza y no lo suelta. Desde hace dos años está logrando lo que soñó toda su vida: realizarse en las tablas. Y, además, trabaja en radio, cine y televisión, a fin de poder conseguir el capital que le permita darse gustos personales y profesionales, como la obra Eye & Yo.
En la pieza, Julieta Cajg (también conocida como Cayetina, apodo que surgió en su paso por Radio Metro) es protagonista junto a Laura Oliva y también es responsable de la idea original. La Eye del título es su abuela paterna Esther Cajg, sobreviviente a los campos de exterminio nazis, que murió en 2008. Durante cinco años la nieta estuvo recabando información para darle forma a la ansiada obra.
«No puedo creer todo lo que generó la obra, la nominación a los ACE y la forma en que movilizó a mi familia. Yo me deslomé trabajando. Busqué, indagué y de pronto me encontré con un montón de material que quería resignificar. La historia de Eye es increíble», dice.

Inquietudes creativas
Hiperactiva, Julieta forma parte del ciclo radial Despierta corazón, que conduce Diego Korol en la Pop; integra el elenco de La fiesta del viejo, obra con la que estuvo de gira por Europa; grabó dos capítulos del unitario televisivo Rizhoma Hotel, que se emitió por Telefe; mientras espera que se estrene la segunda temporada de la serie Sí, solo sí, por la TV Pública y el arribo a los cines de la película Te pido un taxi, dirigida por Martín Amaya.
Pese a sus múltiples labores, se organiza y disfruta, pero aclara: «En este medio tenemos que tener varios trabajos para poder vivir. Lo tengo muy conversado en mi terapia, que es el espacio que motoriza mi pulsión por mi oficio. Necesito el psicoanálisis casi como el agua, soy una mujer muy sensible y demasiado vulnerable y enroscada», confiesa. «Espero no sentirme nunca realizada, porque no estarlo es lo que me mueve a seguir todo el tiempo y querer ir por algo más», agrega.
Desde muy chica cultiva la actuación y sabe lo que es el teatro alternativo, el trabajo a pulmón, «sin ver un mango», grafica. Después de formarse con Hugo Midón, Héctor Presa y Lito Cruz, estudió seis años con Julio Chávez. «Nadie puede decir que soy una improvisada. Soy muy estudiosa y eso es por mi necesidad constante de tener nuevas herramientas», explica.
Con la pasión como motor, compró los derechos de la obra checa Historias de locura ordinaria y la llevó a escena: así se produjo, este año, su bautismo como directora. «Las ganas las tengo desde hace tiempo, pero en los últimos años tuve mucho trabajo como actriz y decidí dejar en reposo la necesidad de explorar la dirección. Sin embargo, hace poco me puse a buscar textos y di con Petr Zelenka, que me voló la cabeza. Como actriz siempre estoy pendiente de un montón de otras cosas: veo cómo dirigen a mis compañeros, la puesta de luces, estoy siempre atenta a las necesidades de la producción».
Todos los días madruga para estar al aire desde las 6 en la radio Pop. «Voy contenta a trabajar con Diego Korol, quien me respeta y me da un lugar en el programa», dice. Los recuerdos de Perros de la calle todavía están frescos. «Fue el lugar que me permitió entender cómo es el complejo mundo de los medios. Ahí crecí como movilera, notera y productora. Fueron seis años plenos de intensidad».
Finalmente, ¿nunca será Julieta Cajg? «Todos piensan que Cayetina es mi apellido», dice entre risas. «Muchas veces se sorprenden: “Que raro que tu hermano y vos tengan apellidos distintos: Cayetano y Cayetina”. Siento que no necesito mi nombre verdadero, no me trauma: estoy convencida de ese seudónimo que tan cariñosamente me puso Andy en la Metro».

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