Este año el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico convocó a una decena de especialistas para debatir acerca de qué tipo de capitalismo es posible en la Argentina, haciendo foco en lo que podría ocurrir en el país en el futuro cercano.
12 de julio de 2017
Sala Tuñón. Ante numeroso público se analizaron alternativas al modelo neoliberal. (Jorge Aloy)
Se llevó adelante en la Sala Raúl González Tuñon del Centro Cultural de la Cooperación (CCC) la IV Jornada de desarrollo organizada por el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) que este año convocó a una decena de especialistas argentinos y latinoamericanos para intentar responder una pregunta crucial para el momento que transita la economía del país: «Qué tipo de capitalismo es posible en la Argentina». En tres paneles consecutivos se debatió sobre la estructura financiera global, a cargo de la economista mexicana Eugenia Correa, la investigadora del CCC Magdalena Rua y el economista Jefe de Credicoop, Alfredo García; sobre la posibilidad de la independencia económica de la Argentina, del que participaron la economista chilena Consuelo Silva Flores, el historiador Leandro Morgenfeld, el economista español Alfredo Serrano Mancilla y Sergio Carpenter; y por último, a cargo del especialista en economía del desarrollo Enrique Arceo, el investigador Martín Schorr y la presidenta del IADE Marisa Duarte, se analizaron las limitaciones y alternativas al régimen de acumulación en la Argentina.
Sin condena
El cierre estuvo a cargo del politólogo Carlos Vilas, quien centró su conferencia en el desarrollo argentino como hipótesis política. «Esta jornada podría haberse titulado “Más allá del diagnóstico”, porque en realidad el diagnóstico de lo mal que estamos en América Latina y en la Argentina está, y lo que hay que ver es qué hacemos más allá del diagnóstico, o bien, qué hacemos con ese diagnóstico», comenzó su exposición Vilas. «El sendero emprendido hace 18 meses conduce a una nueva debacle, que siempre pagan los mismos: las clases populares», sostuvo. Y recalcó que existe el riesgo de que «“si todo va bien” tengamos la tentación de salir de esa debacle del mismo modo que salimos de la anterior, y de la más anterior, iniciando así una vez más el recorrido de un camino que conduce a una nueva debacle». «Tenemos el diagnóstico global, regional, nacional –dijo–. Cómo podemos hacer un capitalismo un poco mejor que el que tenemos y, básicamente, ¿con quién lo hacemos? ¿Con quién vamos a hacer ese capitalismo adjetivado socialdemócrata, populista, de rostro humano?». Tras caracterizar a los principales agentes económicos y sociales capaces de construir un nuevo capitalismo: la burguesía nacional, «especuladora, insegura y cortoplacista», los trabajadores («con un mundo del trabajo muy fragmentado y una creciente “clasemediaficación”, con cambios en las expectativas, en las aspiraciones, en el imaginario»), el politólogo señaló que «con ese empresariado, con esos sectores medios, con esa clase trabajadora, es con quienes tenemos que ponernos a pensar cómo salimos construyendo un esquema alternativo». Para cerrar su conferencia, Vilas recordó la frase del presidente interino Eduardo Duhalde, cuando dijo que «Argentina estaba condenada al éxito», que contrapuso a la idea de la decadencia inevitable del país, y a partir de estas dos posiciones, propuso una síntesis, que llamó escepticismo dialéctico. «Las cartas no están echadas, no tenemos garantizado el éxito ni tampoco estamos condenados al fracaso. Eso depende de la capacidad que tengan los intelectuales, los trabajadores, los sobrevivientes de la burguesía en ponerse de acuerdo y definir objetivos colectivos nacionales. A partir del aporte de instituciones como el IADE, de las universidades, ante todo de las públicas hay que pensar cómo salir. Néstor Kirchner hablaba de salir del infierno y entrar en el purgatorio. Bueno, tenemos que pensar más allá del purgatorio, lo cual no garantiza que salgamos, pero si no hacemos el esfuerzo, nos quedamos en el infierno. Y el infierno es este».